Debemos empezar,
pues, una vez más como sigue: entender a Dios es difícil, pero expresarlo es
imposible, como enseñó, no sin habilidad –creo yo–, uno de los
"teólogos" griegos. Parecía haber entendido lo difícil que es hablar
de Dios y evitaba al mismo tiempo toda refutación para con lo que había
definido previamente como inexpresable. Yo pienso que hablar de Dios es
imposible, y entenderlo, más imposible todavía. Porque lo que se ha entendido,
tal vez podría ser explicado por la palabra, si no suficientemente, sí al menos
de una manera oscura, al que no ha viciado totalmente sus oídos ni ha vuelto
indolente su inteligencia. Pero alcanzar con el entendimiento esta realidad es
absolutamente imposible e irrealizable, no sólo para los que se dejan llevar
por la indolencia y se inclinan hacia abajo, sino incluso para los más elevados
y amantes de Dios; es igualmente imposible para toda naturaleza engendrada, es
decir, para quienes estas tinieblas y esta espesura carnal interceptan el
conocimiento de la verdad. No sé siquiera si lo será también para las
naturalezas más altas y espirituales, que, por estar más cerca de Dios y ser
iluminadas por la luz plena, podrían ser esclarecidas, si no enteramente, al
menos más completa y nítidamente que nosotros, unas más y otras menos, en
proporción a su rango. (San Gregorio
Nazianceno. Discurso 28, 4)
El
camino de la santidad tiene un componente místico muy importante, ya que el
santo es humilde e incapaz de sobrepasar la línea que Dios mismo ha trazado
para nuestra comprensión de los Misterios. Todo razonamiento que sobrepase esta
línea, aunque sea válido y se apoye en lo que ha sido revelado, constituye una
profanación. Dios nos ha dona la naturaleza humana que tenemos. Esta naturaleza
es limitada y herida por el pecado. Nuestro lenguaje no es capaz de transmitir
los Misterios de forma total y completa. A los sumo somos capaces de encontrar
analogías que símiles que nos ayuden a transmitir parte de la experiencia
mística que podemos haber recibido de Dios.
Por
ello debemos ser humildes, dóciles y prudentes. Dios le dijo: "No te
acerques. Descálzate, porque el lugar en que estás es tierra sagrada"(Ex 3, 5) ¿Qué
significa descalzarse? Significa detrás las capacidades humanas a un lado y
dejarse llevar por la Gracia de Dios. El calzado representa las herramientas
humanas que nos permiten avanzar por el mundo. En tierra sagrada estas
herramientas y habilidades humanas sólo nos pueden llevar a peligrosos errores.
¿Por qué le dijo Dios que no se acercara a la zarza ardiente? Porque los
Misterio sólo pueden ser contemplado desde lejos y con suprema humildad. Moisés
se tapó la cara porque temía ver a Dios, ya que ver a Dios significa dejar
traspasar la naturaleza humana que nos da conciencia y consistencia.
¿Por
qué los seres humanos queremos traspasar la línea del Misterio? La pregunta la
podemos llevar hasta Adán y Eva. ¿Por qué comieron del fruto prohibido? Fueron
tentados por la serpiente, que les ofreció ser como Dios. Ser como Dios sonaba
tan maravilloso que no se pudieron resistir y pecaron. De igual forma, quien se
cree capaz de llegar donde Dios no ha determinado que lleguemos, peca de
arrogancia y soberbia. Lo más triste es que cuando queremos ser como Dios, lo
único que hacemos es destrozarnos a nosotros mismos. ¿Qué le pasa a un globo
que se llena con más aire del que puede soportar? Estalla y deja de ser lo que
era antes. Su naturaleza le permitía contener una cierta cantidad de aire. Una
vez roto, ya no tiene sentido, ha perdido su razón de ser.
En todo caso, será Dios quien decida hasta dónde su gracia nos permitirá llegar a cada uno de nosotros. No podemos exigir que nadie llegue más allá de la línea marcada, porque estaríamos haciendo violencia a la naturaleza de nuestro hermano..
En todo caso, será Dios quien decida hasta dónde su gracia nos permitirá llegar a cada uno de nosotros. No podemos exigir que nadie llegue más allá de la línea marcada, porque estaríamos haciendo violencia a la naturaleza de nuestro hermano..