domingo, 30 de noviembre de 2014

Fundamentalista: Quien tiene la fe clara. J. Ratzinger


El Evangelio de hoy, primer domingo de Adviento es breve, pero muy profundo. “Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento” (Mc 13, 33) ¿Cuándo será el momento? ¿Qué nos espera?

Hay muchas respuestas para determinar cual es el momento en donde Cristo retorna para dar sentido a toda la creación. En cierta forma, ese momento es ya, ahora mismo. Cada momento es tiempo de aceptar a Cristo y convertirse. Cristo nos dice que “Se ha cumplido el tiempo, el Reino de Dios está llegando. Conviértanse y crean en la buena nueva” (Mc 1,15)

¿Cómo estar preparado si vivimos en una barca que se agita en el mar? ¿Cómo encontrar algo sólido a lo que agarrarse, si el viento nos lleva de un lado a otro? Como en todo momento de zozobra, Cristo duerme y espera. Espera el momento en que lo despertemos (Mt 8, 23-27) Espera a que le digamos: “¡Señor, sálvanos, que perecemos!” y el nos contestará “¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?” Ese es el momento su venida, de su llegada a nosotros.

¡Cuántos vientos de doctrina hemos conocido durante estos últimos decenios!, ¡cuántas corrientes ideológicas!, ¡cuántas modas de pensamiento!... La pequeña barca del pensamiento de muchos cristianos ha sido zarandeada a menudo por estas olas, llevada de un extremo al otro: del marxismo al liberalismo, hasta el libertinaje; del colectivismo al individualismo radical; del ateísmo a un vago misticismo religioso; del agnosticismo al sincretismo, etc. Cada día nacen nuevas sectas y se realiza lo que dice san Pablo sobre el engaño de los hombres, sobre la astucia que tiende a inducir a error (Ef 4, 14). A quien tiene una fe clara, según el Credo de la Iglesia, a menudo se le aplica la etiqueta de fundamentalismo. Mientras que el relativismo, es decir, dejarse «llevar a la deriva por cualquier viento de doctrina», parece ser la única actitud adecuada en los tiempos actuales. Se va constituyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos. (Seguir leyendo) 

martes, 18 de noviembre de 2014

Es maravilloso, pero auténtico, lo que me sucede: me duele el no verte, y ese dolor me consuela #SanAgustin (Carta 27,1)

Es maravilloso, pero auténtico, lo que me sucede: me duele el no verte, y ese dolor me consuela #SanAgustin (Carta 27,1)

¿Quien cultiva la amistad hoy en día? Es complicado tener tiempo para unirse y disfrutar de la compañía de otras personas, cuando la vida te lleva de un lado a otro constantemente. Las redes sociales palían algo ese vacío, pero a cambio de la superficialidad del vínculo amistoso.

Hemos perdido la virtud de la amistad a cambio de un tipo de complicidad virtual, que todavía no somos capaces de definir claramente.

San Agustín nos habla del dolor que una personas tiene cuando no puede ver a su amigo. Dolor que no sufrimiento. El dolor de no ver a un amigo nos consuela, porque evidencia que el vínculo de amor no se ha roto y seguimos añorando su presencia. Si no doliera, la amistad habría desaparecido. 


lunes, 17 de noviembre de 2014

Así sucede que cuando no hay acuerdo en las cosas divinas entre los amigos, tampoco puede haberlo pleno y verdadero en las humanas #SanAgustin (Carta 258,2)

Así sucede que cuando no hay acuerdo en las cosas divinas entre los amigos, tampoco puede haberlo pleno y verdadero en las humanas #SanAgustin (Carta 258,2)

Cuando dos amigos piensan, siente y viven la fe de formas diferentes, es complicado que puedan trabajar juntos en cuestiones terrenas. Tarde o temprano aparecen desavenencias y el alejamiento se convierte en la única solución. Lo triste es que el alejamiento impide que la caridad corrija las diferencias y la amista se enfría lentamente.

Únicamente hay que esperar el tiempo adecuado para que la amistad termine por convertirse en aprecio personal y respeto humano. Dios desaparece como vínculo entre ambos y sin la Gracia de Dios, la amistad no es más que un recipiente vacío de sustancia y trascendencia.


domingo, 16 de noviembre de 2014


En los primeros siglos, el cristianismo se enfrentó a una prueba de fuego: el gnosticismo. Fue una mezcla de filosofía pagana y apariencias cristianas, que confundió a muchas personas. Una de las características del gnosticismo es la condenación de la materia como algo diabólico. Algunas corrientes afirmaban que era necesario el castigo y martirización del cuerpo para contribuir a la liberación del espíritu.
Si la corporeidad fuese algo maligno ¿Por qué habría sido creada por Dios? ¿Por qué Cristo, al resucitar, recobró el cuerpo y no se quedó únicamente como espíritu? San Justino (s.II) Nos habla sobre el tema.

¿No acusaríamos a Dios de crear el cuerpo inútilmente? Pero no, el Inmortal no es así; ¡aquel que por su naturaleza es el Espíritu del universo no podría ser tan insensato!...En verdad, Dios ha llamado al cuerpo a renacer y le ha prometido la vida eterna.

Porque donde se anuncia la buena noticia de la salvación del hombre, ésta se refiere también al cuerpo. En efecto ¿qué es el hombre sino un ser viviente dotado de inteligencia, compuesto de alma y cuerpo? ¿El alma, ella sola, es el hombre? No, es tan sólo el alma de un hombre. ¿Se llamará «hombre» al cuerpo? No, se dice que es el cuerpo de un hombre. Si pues, ninguno de estos dos elementos él solo no es el hombre, es a la unión de los dos al que se llama «hombre». Así pues, es a este hombre que Dios ha llamado a la vida y a la resurrección, y no tan solo a un parte del mismo sino al hombre entero, es decir al alma  al cuerpo. ¿No sería, pues, absurdo, siendo que existen los dos según y en la misma realidad, que uno se salve y el otro no? (San Justino. Tratado sobre la Resurrección, 8) 

Los talentos que guardamos, nos condenan. S. Juan Crisóstomo


La palabra misericordia está de moda. Estamos en un momento en donde se supone que debemos esperar del Señor misericordia por nuestra vida y nuestros errores sin que haya condiciones o restricciones. En la parábola de los talentos vemos que el Señor valora el esfuerzo y la fidelidad, antes que los logros y los éxitos. En la Parábola de los Obreros de la Hora Undécima se ve que la justicia y la misericordia del Señor son inmensas y equivalentes.

La Parábola de los Talentos nos muestra a Dios como alguien tan lleno de misericordia, que da un premio superior a las ganancias con sus sirvientes le devuelven. La cantidad no es lo más importante, sino la actitud que han tomado con los dones recibidos.

Pero, hoy en día choca la actitud que Dios toma con el siervo que devuelve lo mismo que recibió. Para nosotros devolver lo recibido es un mérito, no un deber. Pensamos que quien es honesto ya es merecedor de elogios, lo que demuestra que la deshonestidad es común y abundante entre nosotros.

Al siervo que recibió y devolvió un talento, no sólo le reprobó y no llegó a darle nada a cambio, sino que encima fue expulsado de forma violenta. Fue llamada siervo perezoso y malo. Lo de perezoso podemos llegar a entenderlo, pero, ¿Malo? Pero si no se ha quedado el talento ¿Qué mal ha hecho?


Ya veis cómo no sólo el que roba y defrauda ni sólo el que obra mal, sino también el que no hace el bien, es castigado con el último suplicio. Escuchemos, pues, esas palabras. Mientras es tiempo, trabajemos por nuestra salvación, tomemos aceite para nuestras lámparas, negociemos con nuestro talento. Porque si somos perezosos y nos pasamos la vida sin hacer nada, nadie nos tendrá allí ya compasión, por mucho que juremos. También el que entró en el banquete de bodas con ropa sucia se condenó a sí mismo; pero de nada le aprovechó. ...(Seguir leyendo) 

sábado, 15 de noviembre de 2014

Por muy fuerte que sea la amistad, es siempre incierta la perseverancia en mantenerla con mutua caridad #SanAgustin (Carta 82,1)

Por muy fuerte que sea la amistad, es siempre incierta la perseverancia en mantenerla con mutua caridad #SanAgustin (Carta 82,1)

¿Quién es capaz de ser caritativo con su hermano siempre? Sin Cristo nada podemos y la amistad necesita también la Gracia de Dios para que sea perseverante en la caridad.

Una amistad que no se cimiente en Cristo, tenderá a reducirse al beneficio mutuo. Tenderá a convertirse en complicidad, a no ser que la Gracia de Dios esté presente.

Los cómplices se ayudan por intereses mutuos. Los amigos se ayudan sin esperar nada a cambio. La amista no oculta los errores del amigo, sino que los evidencia a través de la corrección fraterna. La amistad acepta la corrección como un don que Dios le ofrece a través de su amigo. 

viernes, 14 de noviembre de 2014

La medicina para todas las llagas del alma y el solo medio de propiciación dado a los hombres para sus pecados es creer en Cristo #SanAgustin (Sermón 143,1)

La medicina para todas las llagas del alma y el solo medio de propiciación dado a los hombres para sus pecados es creer en Cristo #SanAgustin (Sermón 143,1)

La primera de la medicinas, que llena el alma y que nos permite entendernos como hijos de Dios, es creer en Cristo. Quien no cree en Cristo, desconfía de El cuando llama a su puerta. Se esconde porque cree que quien llama es un ladrón.

Tristemente, desconoce que Quien llama es la única persona que puede ayudarle a poner en orden su casa y a vivir con felicidad a partir de ese momento. No se trata de una medicina dulce, porque abrir la puerta a Cristo conlleva un acto de valentía tremendo. Abrir la puerta y dejarle entrar necesita de confianza y humildad. Necesita de la primera negación de nosotros mismos: sabernos incapaces de darnos la felicidad a nosotros mismos.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Si el alma se aparta de Dios, no es que quede reducida a la nada, sino que queda disminuida, originándose de aquí su desgracia #SanAgustin (La Ciudad de Dios 12,6)

Si el alma se aparta de Dios, no es que quede reducida a la nada, sino que queda disminuida, originándose de aquí su desgracia #SanAgustin (La Ciudad de Dios 12,6)

Apartarse de Dios es negarnos a ser herramientas en sus manos. Es evidente que una herramienta que no se deja utilizar por su dueño, no deja de existir, pero deja de tener utilidad. Su dueño la dejará a un lado, perdiendo todo sentido y utilidad en su existencia. Se oxidará e incluso podrá quedar totalmente inservible.

Para que Dios pueda volver a tomarnos en Sus Manos, tendremos que dejarnos tomar con docilidad y humildad. Entonces, Dios nos limpiará, nos afilará, nos ajustará y por último, nos utilizará en su obra maestra.

Apartarnos de Dios es aceptar la más terrible de las desgracia: quedarnos sin sentido.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Quien quiere gozarse en sí mismo y de sí mismo, siempre estará triste; en cambio, quien quiere gozarse en Dios y de Dios, estará alegre eternamente #SanAgustin (Tratado sobre le Evangelio de San Juan 14,2)

Quien quiere gozarse en sí mismo y de sí mismo, siempre estará triste; en cambio, quien quiere gozarse en Dios y de Dios, estará alegre eternamente #SanAgustin (Tratado sobre le Evangelio de San Juan 14,2)

¿Qué puede hacernos gozarnos de nosotros mismos? ¿Qué podemos encontrar en nosotros que no sea reflejo de Dios o de su ausencia? Gozarse de lo que en nosotros es reflejo de Dios, es gozarnos de llevar con nosotros la Verdad. Gozarnos de lo que es ausencia de Dios, es olvidar que todo lo que existe es obra de Dios.

No podemos dejar de alabar a Dios por darnos la oportunidad de ser herramientas de su Voluntad. Si dejamos que Dios nos tome y nos utilice para su obra, podremos gozarnos de ser útiles servidores en sus manos.


martes, 11 de noviembre de 2014

Gozaos en la verdad, no en la maldad; gozad con la esperanza de la eternidad, no en la flor de la vanidad #SanAgustin (Sermón 171,5)

Gozaos en la Verdad, no en la maldad; gozad con la esperanza de la eternidad, no en la flor de la vanidad #SanAgustin (Sermón 171,5)

La Verdad es Cristo, mientras que la mentira es su ausencia. La maldad siempre parte de la ausencia de verdad en nuestros actos, pensamiento o sentimientos. Odiar conlleva olvidar que nuestros hermanos son imagen de Dios, como nosotros.

Quien aleja a Cristo de su vida, pierde la esperanza de la eternidad. Para ellos la eternidad no tiene sentido ya que sería prolongar la ausencia de sentido y el sufrimiento de esta vida. ¿Quien desea seguir sufriendo toda la eternidad? Nadie, por eso prefieren pensar en la muerte como el final de la gran sinrazón que es vivir. La única razón que pueden encontrar es la vanidad y la soberbia. La necesidad de sentirse superiores a las demás personas y conseguir con ello, cierta satisfacción.

Quien espera la eternidad, no necesita de glorias mundanas ni de éxitos aparentes que no llenan. La eternidad se abre a quienes humildemente saben que son hijos amados de Dios.




lunes, 10 de noviembre de 2014

Cuando el espíritu del hombre coopera con el Espíritu operante de Dios, entonces se cumple lo que ordena el Señor; pero esto no acontece sino creyendo en aquel que justifica al impío #SanAgustin (Comentario al Salmo 77,8)

Cuando el espíritu del hombre coopera con el Espíritu operante de Dios, entonces se cumple lo que ordena el Señor; pero esto no acontece sino creyendo en aquel que justifica al impío #SanAgustin (Comentario al Salmo 77,8).

Sólo cuando la voluntad del ser humano, se une a la Voluntad de Dios, es posible que seamos capaces de actuar con verdadero amor. Para ello, tendríamos que empezar por tener Fe en el Señor y ser capaces de abrir el corazón a su Gracia.

En estos tiempos, la actitud más usual es el desdén o la indiferencia. Nuestra voluntad está atada por nuestra incapacidad de amar a Dios. Sólo cuando se ama a Dos, el impío (nosotros) accede a la justicia (es justificado) y consigue se que la Misericordia de Dios actúe en él.

domingo, 9 de noviembre de 2014

No os alarméis al oír combate y lucha. S. Juan Crisóstomo


En el evangelio de hoy domingo se ve a Cristo enfrentarse a los mercaderes del Templo. Para muchos es un Cristo desconocido, ya que parece que no guarda caridad alguna con los mercaderes que se ganaban la vida como podían.  Los judíos, que saben interpretar la realidad en clave simbólica le preguntaron ¿Qué signo nos das para obrar así?(Jn 2, 18)

En la vida de todo cristiano existen momentos de enfrentamiento con lo establecido. Son momentos de prueba en los que es necesario revestirse de las armas de la Luz, las armas de Cristo. Muchos nos hablan de que tenemos que ser el martillo de los infieles, dispuesto a machacar, con saña, a quien contradiga lo que creemos que es verdad. Pero esto dista de ser así. No se trata de un combate donde buscamos hacer el mal y ganar, sino todo lo contrario, es una celebración donde compartir el bien y perder. Perdernos a nosotros mismos, para que nos gane el Señor ¿Cómo es posible esto? Veamos lo que nos dice San Juan Crisóstomo:


Lo que hicimos entonces, hagámoslo ahora: sacudamos la modorra, arranquemos los sueños de la vida presente, salgamos de nuestro sueño profundo y revistámonos con el traje de la virtud. Esto es lo que el apóstol nos dice claramente: “Rechacemos las obras de las tinieblas y revistámonos con las armas de la luz” (v. 12). Ya que el día nos llama a la batalla, en el combate. (Seguir leyendo)

sábado, 8 de noviembre de 2014

Cuando el Espíritu habita, llena, rige, obra, frena para el mal, excita para el bien, hace suave la justicia, para que el hombre obre el bien por amor a la rectitud, no por el temor del suplicio #SanAgustin (Sermón 72A,2)

Cuando el Espíritu habita, llena, rige, obra, frena para el mal, excita para el bien, hace suave la justicia, para que el hombre obre el bien por amor a la rectitud, no por el temor del suplicio #SanAgustin (Sermón 72A,2).

El Espíritu Santo obra un milagro que parece que hemos olvidado hoy en día. Consigue que obremos justamente por amor a Dios, no por temor a las consecuencias.

Hoy en día parece que obrar justamente es algo imposible, ya que olvidamos que Dios es quien nos regala el donde llevarlo adelante. El Espíritu excita el bien, haciendo que el mal desaparezca. Entonces, una vez el mal desaparece, es sencillo obrar bien, aunque nos cueste y a veces nos duela.

Dios hace posible lo que para nuestras fuerzas parece imposible.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Temed su poder, amad su misericordia. No presumáis de tal modo de su misericordia, que despreciéis su poder; ni temáis de tal suerte su poder, que desconfiéis de su misericordia. En El se halla el poder, en El la misericordia... #SanAgustin (Comentario al Salmo 61,20)

Temed su poder, amad su misericordia. No presumáis de tal modo de su misericordia, que despreciéis su poder; ni temáis de tal suerte su poder, que desconfiéis de su misericordia. En El se halla el poder, en El la misericordia... #SanAgustin (Comentario al Salmo 61,20).

El poder del Señor se mueve por su perfecta e insondable justicia. La misericordia del Señor se mueve por su perfecta e insondable caridad. Si despreciamos el poder de Dios, despreciamos su perfecta justicia. Si despreciamos su misericordia, despreciamos su magnánima caridad.

No podemos pensar que Dios es sólo misericordia, porque habríamos creado un ídolo a nuestro gusto, según nuestros deseos. Adorar a un ídolo es adorar el mal que hay dentro de nosotros, por lo que hemos de tener mucho cuidado.

Dios es todo misericordia y justicia, amabas perfectas y plenas.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Permitir que seas tentado, es propio de Su poder, y no permitir que lo seas más allá de tus fuerzas, es propio de Su misericordia #SanAgustin (Comentario al Salmo 61,22).

Permitir que seas tentado, es propio de Su poder, y no permitir que lo seas más allá de tus fuerzas, es propio de Su misericordia #SanAgustin (Comentario al Salmo 61,22).

Dios es Justo, por lo que permite que la tentaciones nos hagan mejorar. Dios es Misericordioso, porque no permite que las tentaciones sean más fuertes que nuestras fuerzas. En todo caso, la Gracia de Dios se une a nuestras fuerzas, para hacernos seguir adelante en el camino de la vida.

Cuando la tentación parece insoportable, es que no hemos orado lo suficiente y con suficiente fuerza. Entonces la Esperanza desaparece, la Fe se nubla y la Caridad desaparece.

La oración es la mejor forma de acercarse al misterio de la Voluntad de Dios. Sin ella, estamos desconectados de quien nos da las fortaleza y la templanza.




miércoles, 5 de noviembre de 2014

¡Oh hombre!, eres obrero de Dios; más tarde es el tiempo de recibir la paga. ¿Por qué exiges el salario antes del trabajo? #SanAgustin (Comentario al Salmo 35,13)

¡Oh hombre!, eres obrero de Dios; más tarde es el tiempo de recibir la paga. ¿Por qué exiges el salario antes del trabajo? #SanAgustin (Comentario al Salmo 35,13).

¿Queremos vivir como si lo mereciéramos todo? A veces nos cuesta aceptar que sólo crecemos cuando ponemos nuestra voluntad junto con la Voluntad de Señor.

La recompensa nunca llega a mitad del trabajo, sino cuando hemos terminado de andar nuestra vida. Entonces el Señor nos dará el salario convenido, siempre que hayamos sido diligentes y no hayamos tenido envidia de quienes llegaron a trabajar después de nosotros.

Mientras la paga llega, la Esperanza nos llena, la Fe nos guía y la Caridad nos mantiene.

martes, 4 de noviembre de 2014

Dios conoce lo que te da y lo que te quita. Lo que te da, que te sirva de alivio, no de ruina o destrucción; y lo que te quita, que te sirva de resignación, no de desesperación #SanAgustin (Comentario al Salmo 63,18)

Dios conoce lo que te da y lo que te quita. Lo que te da, que te sirva de alivio, no de ruina o destrucción; y lo que te quita, que te sirva de resignación, no de desesperación #SanAgustin (Comentario al Salmo 63,18)

Dios es el único capaz de ser justo y misercordioso al mismo tiempo. Ambas, justicia y misericordia divina, nos sostienen y nos ayudan a seguir dando pasos hacia delante en el camino de la vida.

Lo que Dios nos da, lo hace por misericordia. No merecemos nada por nosotros mismos, pero Dios desea que vivamos según su misericordiosa voluntad.

Lo que Dios nos quita, lo hace por justicia, para que seamos cocientes de que sólo Dios es necesario en nuestra vida. Sólo la Gracia de Dios nos llena de forma plena.

Por eso lo que nos da es alivio y lo que nos quita, fomenta nuestra la esperanza de sus dones.



lunes, 3 de noviembre de 2014

De qué me sirve odiar la iniquidad y amar la virtud, cuando más bien hago lo que odio y soy indolente para hacer lo que amo? #SanAgustin (Carta 186,12.40).

De qué me sirve odiar la iniquidad y amar la virtud, cuando más bien hago lo que odio y soy indolente para hacer lo que amo? #SanAgustin (Carta 186,12.40).

Es más fácil vaciar algo, que llenarlo de nuevo. Es una ley universal que se corresponde con la entropía y las leyes de la termodinámica.

El pecado es el vacío de Dios de nuestras acciones. Lo cometemos porque es más fácil vaciarlas de Dios que llenarlas de El. Somos perezosos e indolentes porque nuestra naturaleza resquebrajada, deja pasar la Gracia de Dios, sin esfuerzo alguno, por las grietas.

¿Que qué sirve ser una ser mecánico que deja pasar la vida sin más? Sólo la Gracia puede llenar las grietas y transformar nuestra naturaleza. Roguemos al Señor que nos ayude a desear y luchar por santificarnos.



domingo, 2 de noviembre de 2014

Ser Santos en pleno siglo XXI. Santa Catalina de Siena


Ayer hemos celebrado la Solemnidad de Todos los Santos. Hoy recordamos a los fieles difuntos, sin perder de vista que la santidad es el objetivo final que el Señor quiere para nosotros. La santidad es la gran desconocida para la sociedad actual. Parece que es algo antiguo e inhumano. Es algo que nadie desea, porque siente que ser santo no le va a traer beneficio alguno. Pero la santidad conlleva bienes para nosotros mismos y para los que nos rodean.

Advierte que la perfección de los actos del alma que está en este estado perfecto depende de la mayor prontitud en obedecerme y de la más perfecta esperanza que pone en mí, su Creador, habiendo perdido ya toda esperanza en sí misma.

Los más perfectos pescan con más abundancia. Estos dan un sonido suavísimo, que sale de dentro de la ciudad del alma, puesto que las puertas están a la vez cerradas y abiertas. Cerrada está la voluntad al amor propio y abierta a mi amor y al del prójimo. (Seguir leyendo...)

sábado, 1 de noviembre de 2014

Comienza desde aquí si quieres llegar al conocimiento claro de la verdad. Si quieres ser llevado del camino de la fe a la posesión de la visión, comienza por la confesión. #SanAgustin (Comentario al Salmo 146,14)

Comienza desde aquí si quieres llegar al conocimiento claro de la verdad. Si quieres ser llevado del camino de la fe a la posesión de la visión, comienza por la confesión. #SanAgustin (Comentario al Salmo 146,14).

Si queremos ver a Dios, tenemos que poseer un corazón limpio y transparente. Un corazón lleno de Agua Viva y Espíritu. Para ello debemos llenarnos de este Agua, que si la tomamos nunca más tendremos sed.

El pecado es la ausencia de Dios en nosotros. ¿Cómo llenar ese vacío? Como todo recipiente vacío, lo primero es abrir la tapa, que es confesar, hacer visible, evidenciar el vacío. Después podrá entrar el agua viva que nos llena de gozo y sentido.

¿Queremos ver a Dios? Dejemos que El nos llene completamente.
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