Por muy fuerte que sea la amistad, es siempre incierta la perseverancia en mantenerla con mutua caridad #SanAgustin (Carta 82,1)
¿Quién es capaz de ser caritativo con su hermano siempre? Sin Cristo nada podemos y la amistad necesita también la Gracia de Dios para que sea perseverante en la caridad.
Una amistad que no se cimiente en Cristo, tenderá a reducirse al beneficio mutuo. Tenderá a convertirse en complicidad, a no ser que la Gracia de Dios esté presente.
Los cómplices se ayudan por intereses mutuos. Los amigos se ayudan sin esperar nada a cambio. La amista no oculta los errores del amigo, sino que los evidencia a través de la corrección fraterna. La amistad acepta la corrección como un don que Dios le ofrece a través de su amigo.
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