La evangelización camina en estos momentos por el campo de la gestión de recursos humanos y el marketing de medios y eventos. Como muchas personas piensan, en todo ello se huele el mal olor del humo del maligno. Yo tengo poco que decir ahí, porque no comparto las bases sobre las que se está montando actualmente. Las redes sociales han cambiado mucho en los últimos años, por lo que es necesario replantearse muchas cosas. La misma Iglesia es muy diferente a la que disfrutábamos hasta hace unos 5-6 años. Hoy en día se disfruta echando, marginando y despreciando a los que deberían ser considerados como hermanos en la fe. Los blog han dejado de tener sentido, ya que lo que hoy en día nos seduce son los shows mediáticos y los lideres. Líderes que no dejan de ser multicopias de Flautistas de Hamelin.
No es lógico seguir actuando en unos espacios sociales donde la actividad es nula y “hagas lo que hagas”, recibes golpes de alguna de las tendencias eclesiales del momento. Como personalmente estoy muy lejos de alinearme con ningún grupo, sesgo o tendencia eclesial, es mejor el silencio que dedicarme a generar ruido mediático. El ruido mediático es cada día más tóxico e insoportable. Los medios toman las noticias eclesiales y las convierten en shows con los que llamar la atención de un mundo cada vez más saturado y descreído. Por desgracia, hoy en día tenemos demasiados líderes dispuestos a golpearnos con saña, mientras repiten el mamtram de moda: "misericordia, misericordia, quién soy yo para juzgar". La Iglesia ya no es un espacio de libertad, porque la Verdad se ha convertido en postverdad interpretable por quienes nos venden remedios humanos al dolor espiritual.
Por todo ello les comento que voy a reducir un poco más mi presencia en las redes a partir de final de este mes de junio. Les comento los pasos que voy a ir dando:
1.- Dejaré de publicar pensamientos de San Agustín en este perfil personal, centrando su publicación en el grupo que tengo para ello: https://www.facebook.com/groups/pensamientosagustinianos/
2.- Reduciré el Nº de contactos en mi perfil de FB poco a poco. Tener cerca de 1500 contactos y muchos seguidores con quienes no intercambio palabra alguna desde hace años, me parece que no es lógico. Me quedaré con las personas con las que he interactuado de forma positiva en los últimos meses.
3.- Saldré de todos grupos en los que no participo, ya que es innecesario estar donde no se vive realmente. Tampoco aceptaré entrar en grupos de FB por la misma razón.
4.-Mis blogs andan casi sin actividad. Este es uno de ellos. No encuentro temas que compartir sin que generen polémicas, comentarios y ataques de unos u otros. Reflexionaré sobre la conveniencia de cerrarlos o replantear totalmente su actividad. Los blogs ya no tienen capacidad de unión alguna, como sí pasaba hace algunos años.
5.- Seguiré contestando gustosamente los mensajes privados que me envíen y colaborando en todo aquello que no genere ruido y enfrentamiento mutuo.
Les recomiendo que lean el último libro del Card. Sarah: la Fuerza del Silencio y reflexionen sobre el insoportable ruido mediático en el que vivimos sumergidos diariamente. Leamos un breve párrafo de este libro:
En Nazaret Dios estaba junto a Dios constantemente y en silencio. Dios hablaba con Dios en silencio. Cuando los hombres se interrogan sobre ese silencio, penetran en el misterio insondable y silencioso de la Trinidad. La vida pública de Cristo estuvo enraizada y fundamentada en la oración silenciosa de su vida oculta. El silencio de Cristo, Dios presente en un cuerpo humano, está escondido en el silencio de Dios. Su palabra terrenal se halla habitada por la palabra silenciosa de Dios. Toda la vida de Jesús está envuelta en el silencio y el misterio. Si el hombre quiere imitar a Cristo, le basta con observar sus silencios.
Siguiendo la recomendación del Card. Sarah, vivamos el silencio y el recogimiento como oración constante al Señor. Son tiempos en que el silencio es la protesta más fuerte frente a las dictaduras relativistas de dentro y de fuera de la Iglesia.