miércoles, 29 de septiembre de 2010

Nadie puede servir a dos señores

No porque él tenga dos: no hay más que un Señor. Porque aunque haya personas que sirven al dinero, éste, de suyo, no posee ningún derecho a ser señor; son ellos mismos los que se cargan con el yugo de la esclavitud. En efecto, no se trata de un justo poder, sino de una injusta esclavitud. Por eso dice: “Haceos amigos con el dinero mal ganado” para que, a través de nuestra generosidad para con los pobres, alcancemos el favor de los ángeles y de los demás santos.

No se critica al intendente: con ello aprendemos que no somos amos sino intendentes de las riquezas de otros. Aunque haya hecho una falta, es alabado porque, contando con los otros en nombre de su amo, se gana adictos. Y Jesús ha hablado muy bien del “dinero engañoso” porque la avaricia, a través de las variadas seducciones que ofrecen las riquezas, tienta nuestras inclinaciones hasta el punto que queremos ser esclavos de los bienes. Por eso dice: “Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro?” Las riquezas nos son extrañas porque están fuera de nuestra naturaleza; no nacen con nosotros, y no nos siguen en la muerte. Cristo, por el contrario, es nuestro porque él es la vida… No seamos, pues, esclavos de los bienes exteriores, porque no debemos reconocer a otro como Señor sino sólo a Cristo. (San Ambrosio de Milán, Sobre el Evangelio de Lucas, 7, 244 )

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En un día, como el de hoy, en el que tenemos convocada una huelga general... viene bien leer la reflexión que nos hace San Ambrosio sobre el servicio al dinero o a Dios. No se puede servir a Cristo y dejarnos utilizar por quienes buscan poder y  dinero a nuestra costa.

Solo Cristo es Señor.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Responder a la llamada de Dios a convertirse

Me retenían mis viejas ideas amigas, ¡esas bagatelas de bagatelas, esas vanidades de vanidades! Con suaves golpes me tiraban de mi ropa de carne y me murmuraban en voz suave: "¿Nos dejas? ¡Acabas para siempre! A partir de este momento ya cercano, ya no estaremos más contigo, no te será permitido hacer esto, hacer lo otro" Oh, Dios mío, qué de cosas me sugerían!... Dudaba yo de deshacerme de ellas, de saltar hacia donde me sentía llamado; la costumbre, de manera tiránica, me decía: "¿Crees que podrás vivir sin ellas?" Pero ya su voz era más dulce, porque del lado hacia donde giraba mi rostro y donde me daba miedo pasar, la casta dignidad de la continencia me invitaba noble y graciosamente a venir sin dudar, enseñándome un multitud de buenos ejemplos:... "Es el Señor, su Dios, quien te los ha dado. ¿Por qué te apoyas sobre ti mismo siendo así que tú mismo no te mantienes en pie? Lánzate a él, no tengas miedo. Él no va a ocultarse para que caigas. Échate sin temor; él te recibirá y te curará"...

Esta lucha en mi corazón no era más que una lucha de yo mismo contra yo mismo... Cuando mi mirada había, por fin, sacado del fondo de mi corazón todas mis miserias, me sobrevino una gran tempestad de lágrimas. Para dejar que la tempestad rompiera, me levanté y salí... Sin saber demasiado cómo, me eché bajo una higuera, dejé que mis lágrimas corrieran completamente, brotaron a oleadas, sacrificio digno de ti, Dios mío. Y te dije sin mesurar: "Y tú, Señor, ¿hasta cuando? ¿Hasta cuando estarás enojado? No te acuerdes más de nuestras viejas iniquidades" (Sl 6,4; 78,5)... Yo lanzaba gritos lastimeros: "¿Para cuánto tiempo? ¿Hasta cuándo? Mañana, siempre mañana. ¿Por qué no ahora mismo?"...

Y he aquí que sentí una voz que venía de una casa vecina, una voz de niño o niña, que cantaba y repetía: "¡Toma y lee! ¡Toma y lee!". Al momento me rehice y quería recordar si era el estribillo habitual de un juego infantil; ninguno me venía a la memoria. Reprimiendo mis lágrimas, me levanté con la certeza de que el cielo me ordenaba abrir el libro del apóstol Pablo y leer el primer pasaje que me saliera... Volví a casa apresuradamente y cogí el libro y leí lo primero que me salió: "Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo, y que el cuidado de vuestro cuerpo no fomente los malos deseos" (Rm 13,13s). No hacía falta seguir leyendo, no tenía necesidad de más. Justo al acabar estas líneas, una luz de seguridad se derramó en mi corazón y todas las tinieblas de mi incertidumbre se disiparon.
(
S. Agustín (354-430), obispo de Hipona (Äfrica del Norte) y doctor de la Iglesia. Las Confesiones, libro 8
)

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-- mmm... Convertirse... ¿Convertirse en qué? ... ¿En que quieres que me convierta? Ya soy lo que quiero ser en cada momento. Puedo jugar a ser según mi deseo y deleite. No me hace falta conversión, soy un continuo carrusel. Tengo derecho a ser lo que me haga falta y nadie me lo puede negar, ya que se puede encontrar con una denuncia. Ja ja ja. ¿Qué más puede querer nadie?

-- Tal vez la última frase defina lo que dices... nadie. ¿Quién eres? Nadie. Eres apariencia de ser que recubre una nada disimulada por los colores y las estridencias de muestras. Ser no es aparentar ni parecer. Tampoco tienes clara la diferencia entre la conversión y la perversión. Ambas palabras hablan de cambio de nuestro ser, de nuestra naturaleza, pero de diferente forma.

-- Venga ya!!! Eso de la perversión suena a algo pasado, viejo y añejo. Quieres imponerme algo que no me interesa. A mi me da igual que pienses que soy un pervertido... ya que eso solo parte de la envidia que tienes, porque no te permiten ser como yo. Libre como le viento. Simple envidia, amigo.

-- ¿Qué te hace pensar que tengo envidia? ¿Como diferencias la envidia del afecto? Si a alguien le interesas puede querer ayudarte sin que exista envidia por medio.

-- Ja ja ja. Quien me quiere me deja ser como soy. El que no me quiere es el que me quiere cambiar y esto solo se hace por envidia? Quien me quiere, disfruta de mi mientras le apetece. Después desfila. Se va. Es lo ideal. La libertad no tiene ataduras permanentes. Sino no sería libertad.

-- ¿Decidir y mantener una decisión, no es ser libre?

-- No... que va!. Quien decide de forma permanente pierde la libertad, ya se encarcela a si mismo.

-- Y ese supuesto encarcelamiento asumido ¿No es libertad? ¿No es libre hacerlo y mantenerlo cada minuto durante toda la vida?

-- Pues... psi... Pero sabes que te digo. Es muy aburrido decidir y mantener la decisión. Lo aburrido no es libre, ya que la libertad nunca es aburrida.

-- ¿Sabes la diferencia entre la libertad como potencia y la libertad como acto?

-- No... Que cosas me dices. Ja ja ja. ¿De qué me sirve saber esas cosas?

-- La libertad en potencia es la que nunca se concreta en nada permanente y por lo tanto, no nos ayuda a crecer en nuestro ser ni en transformar nuestra naturaleza. La libertad en acto, es la que nos permite poner los fundamentos de lo que somos y crecer a partir de ellos. La libertad en potencia es como un plano inconcluso de una casa, que se cambia a cada momento. La libertad en acto es como un plano que se lleva a la realidad... que será tu casa.

-- Pues la casa para quien quiere encerrarse en ella. A mi lo que me interesa es vivir a la intemperie. Ja ja ja. Así siempre seré libre.

-- Discrepo.... querrás decir que así nunca utilizarás tu libertad en nada fundamental. Es como si tienes 1000€ y los utilizas comprando chucherías y caramelos según te apetece... cuanto los gastes. ¿Con qué te quedas? Con nada que te permita seguir adelante. ¿Dónde queda entonces tu ansiada libertad? La libertad es un don de Dios que tenemos que "invertir" para que podamos disponer de una nueva libertad sustentada en la previa. Eso si... solo en la medida que seamos coherentes utilizando la libertad, podremos desarrollarnos como personas y como sociedad.

-- Lo que hablas vuelve a sonar aburrido y antiguo. Tio... despierta, la vida está para gastarla hasta morirnos de gusto. No para aburrirnos hasta morirnos de aburrimiento y asco.

-- ¿Y la libertad? ¿Dónde quedó en tu último discurso? Haces dos afirmaciones terriblemente deterministas e inexorables. Qué duro es pensar así. No hay libertad alguna en ellas. El final es el mismo. ¿Para qué quieres entonces tu valorada libertad?

-- Je je, pues para poder disfrutar mientras no la palmo. Después ¿Qué más da lo que haya dejado detrás? Eso es la verdadera libertad.

-- Entonces... ¿La libertad es inconsciencia? ¿La libertad se sustenta en la ignorancia? Al menos eso se trasluce de tus palabras.

-- Cierto. Saber es un tostón que te ata, te da remordimientos y encima te aburre. Mejor disfrutar sin saber mientras puedes.

-- Hacer lo que quieres sin saber ¿es libertad?

-- Claro... libertad es hacer sin pensar en lo que haces.

-- Pero es evidente que piensas y elijes... ya que buscas diversión y "no aburrirte"... entonces no eres totalmente libre. ¿O no?

-- Claro que pienso... es lo que me permite decidir lo que quiero.

-- Entonces decides no saber. Ignorar las consecuencias de tus actos.... esto limita tu libertad. Echas a un lado lo que molesta tu objetivo inmediato.

-- Bueno... claro... la libertad que elijo es la que gusta, la que me divierte y me satisface. La otra me trae sin cuidado.

-- ¿Elijes una libertad frente a otra? ¿Quien elije la otra... no es igual de libre?

-- Pues supongo que si. Allá él con lo que le guste hacer. Ja ja ja.

-- Entonces ya no sostienes que la libertad es ser lo que quieres en cada momento. Hay otra libertad... ¿o no?

-- Vale... pero la mía es la mejor, la más divertida.

-- ¿Divertida? ... quizás sea mejor decir que la tuya es la más inconsciente. ¿Se es libre si no se sabe a lo que te llevan tus actos?

-- Claro que se es libre Ja ja ja. Fabulosamente libre.

-- Pero si se sabe, se puede elegir con más conocimiento lo mejor... más allá de lo divertido/aburrido del momento. Por ejemplo, si bebes mucho, te lo pasas genial... pero a la mañana siguiente te dolerá todo el cuerpo... ¿Es divertida la resaca? ¿Verdad que no? ¿Eres libre si ignoras esa realidad y eliges solo lo divertido del momento?

-- Vaya ... la resaca no es divertida, pero se aguanta hasta que se quita. Es el pago por la diversión que has tenido. Si me pusiera a pensar en la resaca, no me divertiría igual. Más bien me sentiría fatal bebiendo y eso no es divertido.

-- Por lo tanto, ignorar de forma consciente o inconsciente algo... limita la libertad. El problema es que "lo divertido" no es normalmente algo inocuo y que no traiga problemas. A lo aburrido, también le pasa eso, no te creas. Pero quizás algo "aburrido" te de más bienestar y felicidad a la larga ¿No?

-- Puede ser... pero entonces no viviría, ni me divertiría en ese momento que me apetece. Si al final nos morimos, mejor haberlo pasado genial.

-- ¿Genial? Creo que hemos deducido que esa genialidad es solo parcial o momentánea... ¿Realmente es tan genial divertirse en base a ignorar? Si tienes un accidente, cometes un delito o te entra un cirrosis... ¿Pensarás en lo divertido que lo pasaste? ¿A que no?

-- Pues no. Será horrible y me sentiré como un idiota. Pero mejor no pensar en esas cosas tio...

-- ¿Cómo habrás invertido tu libertad en esos casos?

-- Mal. Será un desastre. Pero no tiene porque pasar.

-- Pero quien compra lotería... le puede tocar ¿O no? A más lotería más opciones del "gran premio". Los desastres ocurren, la vida está llena de ellos y normalmente nuestra inconsciencia es la culpable.

-- Me dejas tieso. No se qué decir... esto no es divertido.

-- Volvamos al principio ¿Qué es convertirse? ... cambiar en un sentido de hacer nuestra naturaleza más perfecta. ¿Qué es pervertirse? ... cambiar en el sentido de hacer nuestra naturaleza menos perfecta. Somos libres de elegir, pero lo que elijamos nos dará los rendimientos correspondientes. No esperarás recoger tomates sembrando espinos. La conversión comienza por lo más básico, el entorno social donde desarrollas tu vida. Pasa por lo corpóreo, pasa por lo intelectual, lo emocional y termina en lo espiritual. A San Agustín le fue bien ¿Por qué nos va a ir mal a nosotros?

-oOo-

Señor, danos luz, entendimiento y capacidad de aprender de ti
Ayúdanos a transformar nuestra naturaleza caída, incompleta y ignorante.
Te alabamos por todo lo que nos das.
Te agradecemos la Gracia que derramas día a día sobre nosotros.
Gracias Señor por tanta bondad.
Amen

sábado, 18 de septiembre de 2010

La fe genera comunión y confianza y es expresión de ellas

Tampoco hay que pensar que el prestigio de la fe sólo se da entre quienes nos amparamos bajo el nombre de Cristo, sino que todo lo que se hace en el mundo, incluso por parte de quienes están lejos de la Iglesia, queda penetrado por la fe. Por medio de una fe, dos personas extrañas se unen por las leyes nupciales; personas ajenas una a otra entran en la comunión de cuerpos y bienes mediante la fe que se hace presente en el contrato matrimonial. También en una cierta fe se apoya el trabajo agrícola, pues no comienza a trabajar quien no tenga esperanza de recibir frutos. Con fe recorren los hombres el mar cuando, confiando en un pequeño leño, cambian la solidez de la tierra por la agitación de las olas, entregándose a inciertas esperanzas y mostrando una confianza más segura que cualquier ancla. En la confianza, finalmente, se apoyan los negocios de los hombres, y esto no sólo sucede entre nosotros, sino también, como se ha dicho, entre quienes son ajenos a lo nuestro. Pues, aunque no aceptan las Escrituras, tienen doctrinas propias que aceptan con confianza. (
S. Cirilo de Jerusalén. Catequesis V
)

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La Fe se cimienta en tres columnas. Fe como confianza, pero también como conocimiento y ¿Por qué no? Como compromiso activo en el mundo. Fe como emoción, inteligencia y voluntad.

La Fe que se sustenta en una o dos de estas columnas, está en equilibrio inestable. Cualquiera que la ponga de duda, puede hacer que se caiga. Solo con las tres columnas, la mesa es estable.

Pero... ¿Qué sucede si una de estas columnas es más alta o baja de las demás? Si no apoyamos en la mesa, esta cabecea y se tambalea. Si utilizamos la mesa como apoyo... podríamos caernos si se moviera justo en momento más delicado. Por eso es necesario que las tres columnas tengan igual desarrollo. Tenemos que orar a Dios para que nos conceda la virtud de la Fe y además nos ayude a desarrollarla proporción y belleza.

Los efectos de la Fe no aparecen únicamente en quien la siente, profesa y pone en práctica... sino que se hace extensiva a todo el ámbito de vida de quien la posee. El testimonio, se convierte en abono que predispone al mundo a convertirse en Reino.

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Señor, Tu que nos dijiste "Pedid, y se os dará;
buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá."
Danos el Agua Viva. Aquella que nos
permitirá no tener más sed
Amen

jueves, 9 de septiembre de 2010

Renovación carismática


"Así pues, cuando el Espíritu se movía, la creación no tenía gracia alguna. Pero después que también la creación de este mundo recibió la actividad del Espíritu, mereció toda esta belleza de gracia con la que el mundo resplandeció. Y que sin el Espíritu Santo no puede permanecer la gracia del universo, lo declara el profeta diciendo: 'Les quitas su Espíritu y expiran y se convierten en el polvo que eran. Envías tu Espíritu y serán creados y renovarás la faz de la tierra' (Salm 103,20-30). No sólo, pues. Enseñó que sin el Espíritu no puede mantenerse en pie la creación, sino también (enseñó) que el Espíritu es creador de toda la creación.... Por tanto, el parto de la Virgen es obra del Espíritu, el fruto del vientre es obra del Espíritu, según lo que está escrito: 'Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre (Lc 1,42).



La flor de la raíz es obra del Espíritu. Me refiero a aquella flor de la que bien se profetizó: 'Brotará un retoño de la raíz de Jesé y una flor surgirá de su raíz' (Is 11,1). La raíz de Jesé son los patriarcas de los judíos, el retoño María, la flor de María Cristo que habiendo de esparcir por todo el mundo el buen olor de la fe germinó del seno virginal,... la flor aun cortada conserva su olor, y machacada lo aumenta y ni arrancada lo pierde. Así también el Señor Jesús en aquel patíbulo de la cruz ni estando contrito se marchitó, ni arrancado se perdió (su perfume), y herido con aquella punción de la lanza refloreció más hermoso con el color sagrado de su sangre derramada, sin saber en qué consiste el morir y exhalando para los muertos el don de la vida eterna. En esta flor de retoño descansó el Espíritu Santo". (S. Ambrosio de Milán, Tratado sobre el Espíritu Santo II,33.38-39)

--oOo--

De pequeño viví los inicios del movimiento carismático dentro de la Iglesia Católica. Allá por 1972-73, una vecina (evangélica) nos invitó a sus oficios y a un grupo de oración pentecostal. Dentro de esa comunidad tuvimos el primer contacto con las manifestaciones del Espíritu Santo. Mi madre, que era una católica convencida, le pareció interesante todo lo que esas gentes vivían y se informó sobre la existencia de ese movimiento dentro de la Iglesia.

En una iglesia cercana a nuestro domicilio, concretamente en San Francisco de Dos Ríos (Costa Rica) asistimos durante un tiempo a las reuniones del grupo carismático, recién formado. El movimiento carismático católico nació en el Estados unidos tan solo 5 años antes. Recuerdo como yo asistía, con sorpresa, a las reuniones. Con 7 años, eso de hablar en lenguas, trances, curaciones y otras manifestaciones, me parecían algo mágico y alejado de la normalidad eclesial. El tiempo pasó y con diez años cumplidos, vine a vivir a España y dejamos de tener contacto con la renovación carismática.

Los años han pasado y de vez en cuando retomo mis recuerdos de lo vivido en aquellos años. Me pregunto principalmente por qué la maravillosa renovación carismática no ha llegado a integrarse de la vida de la Iglesia. Si el Espíritu Santo actúa en ella, ¿qué sucede?

Según lo que he ido preguntando e indagando por los mundos virtuales… la renovación carismática está presente en muchas parroquias, pero es minoritaria con frecuencia. Por ejemplo, en ninguna de las parroquias en las que he vivido (3) he encontrado a estos grupos.

Me pregunto por qué se esconde el Espíritu Santo en determinados reductos.

Retomando el texto de San Ambrosio, podemos hacer una breve descripción de cómo actúa el Espíritu. El Espíritu Santo es creador y vivificador. No se detiene ante las murallas ni se deja recluir en espacios cerrados. La creación es bella por naturaleza y capaz de conmover profundamente. El Espíritu es “flor que surge de la raíz”… es decir, toma como base la Tradición para dar vigor hasta a la rama más seca. Los frutos del Espíritu no se marchitan y se difunden a través de sus obras.

¿Entonces? Me parece que algo falla. No logro entender qué sucede.

Buscando sobre el tema, localicé una página web de una comunidad de oración en Argentina, que me pareció especialmente interesante, ya que trataban este tema y daban la posibilidad de descargar un libro que analiza qué sucede dentro de la renovación carismática. La comunidad es la "Escuela de Oración y Crecimiento Espiritual Contempladores del Sagrado Corazón de Jesús" y el libro se titula “Renovar la renovación carismática católica” de Juan Franco Benedetto.

Allí encontré la siguiente reflexión:



Por lo tanto resulta muy evidente que la dificultad que hoy subsiste en la Renovación Carismática para avanzar más en la búsqueda de la santidad tiene su raíz en el divorcio que existe entra la “nueva” experiencia carismática y el gran tesoro tradicional de la Iglesia, en cuanto a la “vieja” teología mística y todo lo que ella enseña respecto al camino de la perfección cristiana.

Sin embargo, este alejamiento de la R.C.C. de considerar el “viejo” camino tradicional de la vida espiritual, básicamente por un desconocimiento y falta de interés en el mismo, no es privativo de la Renovación, sino que es algo inherente a gran parte de los diversos estamentos y realidades que conforman nuestra Iglesia Católica contemporánea. (J.F. Bendetto, Renovar la renovación carismática católica)


En resumidas cuentas, la experiencia de la Renovación carismática católica y de otros grupos y corrientes, demuestra que el Espíritu Santo está dispuesto a manifestarse en quienes con Fe y sinceridad le llaman. Pero no logramos llamarlo más allá de el plano vivencia y emotivo. Las dimensiones cognitivas y de compromiso también necesitan de la labor de Espíritu y no nos sentimos capaces de llamarlo y aceptarlo. Encima no nos desarrollamos como cristianos plenos y nuestra Fe se queda enquistada en dimensiones determinadas.

¿Se puede llamar al Espíritu cantando gregoriano? ¿Se puede llamar al Espíritu para escribir sobre la Tradición? ¿Se puede llamar al Espíritu para ayudar comprometidamente a quienes sufren? ¿Podremos alabar a Dios en todo lo que hacemos y en todo momento? ¿Qué nos impide colaborar con esta nueva renovación? ¿A qué esperamos?

--oOo--

Veni, Sancte Spiritus,
Veni, nostri cordium,
Et emitte caelitus
Lucis tuae radium.
Veni, pater pauperum,
Veni, dator munerum,
Veni, lumen cordium.
Consolator optime,
Dulcis hospes animae,
Dulce refrigerium.
In labore requies,
In aestu temperies,
In fletu solatium.
O lux beatissima,
Reple cordis intima
Tuorum fidelium.
Sine tuo numine
Nihil est in homine,
Nihil est innoxium.
Lava quod est sordidum,
Riga quod est aridum,
Sana quod est saucium.
Flecte quod est rigidum,
Fove quod est frigidum,
Rege quod est devium.
Da tuis fidelibus
In te confidentibus
Sacrum septenarium.
Da virtutis meritum,
Da salutis exitum,
Da perenne gaudium.
Amen. Alleluia.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Tu rostro buscaré, oh Jehová


Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;
ten misericordia de mí, y respóndeme.
Mi corazón ha dicho de ti:
buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová;
No escondas tu rostro de mí.
No apartes con ira a tu siervo;
mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.
Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
con todo, Jehová me recogerá.
Enséñame, oh Jehová, tu camino,
Y guíame por senda de rectitud.
(Salmo 27,7-11)
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