domingo, 26 de julio de 2015

Los milagros de Cristo no fueron magia. San Agustín


Hoy en día muchas personas no creen en la divinidad de Cristo ni en ninguna divinidad. Ellos creen que no existe nada más que la realidad física y humana que les rodea cotidianamente. Los milagros, por lo tanto, les parecen cuentos o exageraciones que los Apóstoles compusieron para embaucar a la gente. Si pensamos que todos dejaron todo lo que tenían detrás, para seguir a Cristo. La mayoría murieron martirizados. ¿Qué razón tenían para querer engañar a los demás? Ninguna, por lo sólo queda una hipótesis cuando no queremos aceptar los milagros: sufrieron alucinaciones además de padecer problemas mentales.

Los cristianos creemos firmemente las palabras que los Apóstoles dejaron escritas en los Evangelios, ya que son Palabra de Dios. Creemos que el Espíritu Santo iluminó su mente y sus recuerdos, para conformar la Tradición, que se volcó en los Evangelios parcialmente. Quien no cree en los milagros de Cristo, no cree en su divinidad y por lo tanto, intenta humanizar a Dios para poderlo utilizar a su conveniencia.

Los milagros que ha obrado nuestro Señor Jesucristo son, verdaderamente, obras divinas. Disponen a la inteligencia humana para que conozca a Dios a partir de lo que es visible, puesto que nuestros ojos, en razón de su misma naturaleza, son incapaces de verle. (Seguir Leyendo

domingo, 12 de julio de 2015

Veintiún siglos y todavía no tenemos claro qué es evangelizar



Puede parecer mentira o una exageración, pero según pasa el tiempo me doy cuenta que evangelizar un verbo que no terminamos de tener claro los católicos. Esta intuición la llevo conmigo varios años pero se me ha reavivado con el viaje del Papa Francisco a varios países de América. Si nos damos una vuelta por las redes sociales leeremos que el Papa, al hacer o no hacer determinados actos, estaba evangelizando. Por ejemplo, al hablar de forma poco amable con la labor evangelizadora y civilizadora de la Iglesia en América, resulta que estaba evangelizando. Cuando aceptó con normalidad el crucifijo comunista, también era evangelizar. Cuando pidió perdón por el maltrato a los pueblos indígenas, también evangelizaba.

Muchos de los gestos “políticamente correctos” que el Papa ha realizado no son evangelizadores, sino gestos diplomáticos que buscan distender las siempre complicadas relaciones entre la Iglesia y los gobiernos. No los confundamos, porque podríamos creer que evangelizamos cuando le decimos a un niño que no tire papeles al suelo.

¿Qué es entonces evangelizar? Evangelio significa: la Buena Noticia. Como nota curiosa, para los romanos contemporáneos de Cristo, la “buena noticia” era la Paz Romana impuesta en torno al mar mediterráneo. ¿Cuál es la buena noticia para un cristiano? Que Cristo, el Hijo de Dios, nació como uno de nosotros, para vivir con nosotros y hacer posible la salvación de todo aquel que le acepte. Evangelizar no es una acción secundaria sino una labor prioritaria:

Si a alguno disgusta el oír que será juzgado porque no enseñó a otros, recuerde aquello del Apóstol: “¡Ay de mí si no evangelizare!” (1Cor 9,16). (Orígenes, homilia 33 in Matthaeum)     (SEGUIR LEYENDO...)

domingo, 5 de julio de 2015

Líderes Prêt-à-porter para el siglo XXI. Simeón nuevo teólogo



Igual que ver a una persona sufrir es triste, ver como la Iglesia sufre es triste. Pero cuidado, estar triste no quiere decir que se haya perdido la esperanza y se viva con la alegría que da el evangelio. Señalar lo problemas y sentir el gran daño que el diablo está haciendo es tan necesario como no dejarse llevar por la resignación y la desesperanza. La Iglesia actual sufre por una fuerte falta de unidad interna, vivimos una época de separación, distancia, sospechas mutuas, simplezas y complicaciones extremas, apariencias sin fondo y misterios que ya no sabemos comunicar. 
Ante todo esto, cabría preguntarse por qué hacer y qué postura tomar. ¿Qué sería de nosotros si hubiéramos vivido en el tiempo de los Apóstoles? ¿Habríamos vivido una época con menos problemas y desastres? ¿Nos hacen falta líderes que nos lleven de la mano? ¿Qué líder hace falta para un rebaño que los repudia? 

Son muchos los que no cesan de decir: «Si hubiéramos vivido en tiempo de los Apóstoles, y si hubiéramos sido juzgados dignos de ver a Cristo como ellos, también como ellos seríamos santos». Con eso ignoran que entonces como ahora que es Él el mismo que habla, tanto ahora como entonces, en todo el universo... La situación actual no es seguramente la misma que la de entonces, pero es la situación de hoy, de ahora, que es mucho más dichosa. Con más facilidad nos conduce a una fe y una convicción más profundas que el hecho de haberlo visto y escuchado entonces corporalmente… (Seguir leyendo)

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