Se aproxima la fiesta de Todos los Santos y su antítesis:
el comercial y paganizado Halloween. La fiesta de Todos los Santos se celebra con
carácter universal desde el año 840.
Con motivo de la cercanía de esta festividad, me he dado
una vuelta Internet y me he dado cuenta que muchas personas confunden la
celebración de los Fieles Difuntos con la celebración de Todos los Santos. Estas
personas comentan que Halloween es “mucho más divertido que la fiesta en que
se recuerda a los muertos”. Así que he creído interesante comentar sobre
la belleza y alegría de la fiesta de Todos los Santos. Para ello tomo un
fragmento de uno de los comentarios a los Salmos de San Agustín
Sabéis, conocéis y entendéis que pertenecéis
a este cuerpo, y así creéis que Cristo es
nuestra cabeza y que nosotros somos el cuerpo de ella. ¿Acaso sólo nosotros y no también
aquellos que existieron antes de nosotros? Todos los justos que existieron
desde el principio del mundo tienen por cabeza a Cristo. Ellos creyeron
como venidero al que nosotros creemos que ya vino. Se salvaron por la misma fe
en El que nosotros; siendo El de este modo la cabeza de toda la ciudad,
Jerusalén, es decir, de todos los fieles que desde el principio del mundo hasta
el fin existieron, uniendo a ellos también el ejército de las legiones de
ángeles, a fin de constituir una sola ciudad en perpetua paz y salud,
alabando a Dios sin fin y dichosa sin fin, bajo un rey y un solo gobierno
imperial. (Comentario al Salmo 36, SIII, 4)
¿Puede haber algo más bello que un coro de Santo arrodillados
frente al Cordero de Dios? Nos encontramos con la culminación de la efusión del
Espíritu Santo, que llena de armonía y dones al universo. En el día 1 de
Noviembre nos reunimos para dar gracias a Dios por todas aquellas personas
que están en la gloria y que son modelo para nosotros. Por lo tanto es una
fiesta alegre, ya que evidencia que los santos son muchos y que nosotros
también podemos aspirar a ser santos.
La fiesta está directamente relacionada con una de las
verdades que profesamos cada domingo en el Credo: Creo en la comunión de los Santos: “Después de esto, miré y vi una gran multitud
de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos. Estaban en pie delante del
trono y delante del Cordero, y eran tantos que nadie podía contarlos”
(Ap 7, 9) Si lo profesamos, lo creemos ¿O no?
Eran
tantos que nadie podía contarlos. Con frecuencia vivimos nuestra fe con una cierta
sensación de fracaso y de constante acoso. Parece que estamos solos frente a
una multitud incontable de enemigos,
pero parece que es todo lo contrario. La multitud incontable está delante del trono
y delante del cordero. ¿Por qué no podemos formar parte de esa
muchedumbre?
Volviendo al ambiente festivo que rodea este día, la
oportunidad de alabar al Señor con gozo, se ve ensombrecida por una serie de
errores que se han infiltrado dentro de nuestra fe, casi sin darnos cuenta:
·
La fiesta de Todos los Santos es una forma de dar culto a
los muertos.
Para lo cristianos, los santos no son muertos sino vivos que están junto al
Señor.
·
La fiesta de Todos los Santos es una “tapadera” de
antiguas fiestas paganas. No
está nada claro que en estas fechas se celebraran fiestas paganas.
·
La fiesta de Todos los Santos, no puede ser una fiesta
alegre y divertida. ¿Quién celebraría algo triste con dulces y con bailes? En muchos
países y regiones existe la tradición de celebrar la fiesta de Todos los Santos
con dulces y bailes.
Con toda la “propaganda en contra” es lógico que triunfe
la “propaganda a favor del Halloween”. Es cuestión de marketing y de ganas
de borrar el cristianismo de la cultura popular.
Otra consideración que no quiero dejar pasar es la
apoteosis de feísmo, la maldad y la tristeza que tiene implícita la forma en
que se celebra Halloween. Parece que vivimos un carnaval macabro, donde lo
bueno se disfraza de malo y viceversa. ¿Quién quiere vestirse de muerto,
vampiro o bruja? ¿Quién quiere parecer un zombie? Parece que en este día
desaparecen todas las consideraciones estéticas y nos convertimos, de repente,
en siniestras sombras oscuras.
Quizás la relación más directa con esta estética la
encontremos en las tribus urbanas tipo punk, góticos, emos, etc, que viven un
Halloween que dura todo el año. En estas tribus urbanas se esconden personas sin
esperanza y tristes por la vida que les toca vivir. Ojo, vida que normalmente
no tiene nada de triste, pero que carece de sentido para ellos. Sin duda, no es
lo mismo vestirse de drácula una noche, que ir vestido de gótico todo el año,
pero vestirse de algo horrible, aunque sea una noche, conlleva un cierto
mimetismo y empatía con el personaje que representamos.
Creo que los cristianos deberíamos hacer un esfuerzo por
festejar la fiesta de Todos los Santos como se merece. No es lógico que dejemos
que nos roben la alegría de una fiesta tan maravillosa. Festejemos Todos los
Santos con la alegría que merece.