martes, 29 de octubre de 2013

La belleza de la fiesta de Todos los Santos. San Agustín


Se aproxima la fiesta de Todos los Santos y su antítesis: el comercial y paganizado Halloween. La fiesta de Todos los Santos se celebra con carácter universal desde el año 840.

Con motivo de la cercanía de esta festividad, me he dado una vuelta Internet y me he dado cuenta que muchas personas confunden la celebración de los Fieles Difuntos con la celebración de Todos los Santos. Estas personas comentan que Halloween es “mucho más divertido que la fiesta en que se recuerda a los muertos”. Así que he creído interesante comentar sobre la belleza y alegría de la fiesta de Todos los Santos. Para ello tomo un fragmento de uno de los comentarios a los Salmos de San Agustín

Sabéis, conocéis y entendéis que pertenecéis a este cuerpo, y así creéis  que Cristo es nuestra cabeza y que nosotros somos el cuerpo de  ella. ¿Acaso sólo nosotros y no también aquellos que existieron antes de nosotros? Todos los justos que existieron desde el principio del mundo tienen por cabeza a Cristo. Ellos creyeron como venidero al que nosotros creemos que ya vino. Se salvaron por la misma fe en El que nosotros; siendo El de este modo la cabeza de toda la ciudad, Jerusalén, es decir, de todos los fieles que desde el principio del mundo hasta el fin existieron, uniendo a ellos también el ejército de las legiones de ángeles, a fin de constituir una sola ciudad en perpetua paz y salud, alabando a Dios sin fin y dichosa sin fin, bajo un rey y un solo gobierno imperial. (Comentario al Salmo 36, SIII, 4)

¿Puede haber algo más bello que un coro de Santo arrodillados frente al Cordero de Dios? Nos encontramos con la culminación de la efusión del Espíritu Santo, que llena de armonía y dones al universo. En el día 1 de Noviembre nos reunimos para dar gracias a Dios por todas aquellas personas que están en la gloria y que son modelo para nosotros. Por lo tanto es una fiesta alegre, ya que evidencia que los santos son muchos y que nosotros también podemos aspirar a ser santos.

La fiesta está directamente relacionada con una de las verdades que profesamos cada domingo en el Credo: Creo en la comunión de los Santos: “Después de esto, miré y vi una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos. Estaban en pie delante del trono y delante del Cordero, y eran tantos que nadie podía contarlos” (Ap 7, 9) Si lo profesamos, lo creemos ¿O no?

Eran tantos que nadie podía contarlos. Con frecuencia vivimos nuestra fe con una cierta sensación de fracaso y de constante acoso. Parece que estamos solos frente a una  multitud incontable de enemigos, pero parece que es todo lo contrario. La multitud incontable está delante del trono y delante del cordero. ¿Por qué no podemos formar parte de esa muchedumbre?

Volviendo al ambiente festivo que rodea este día, la oportunidad de alabar al Señor con gozo, se ve ensombrecida por una serie de errores que se han infiltrado dentro de nuestra fe, casi sin darnos cuenta:

·         La fiesta de Todos los Santos es una forma de dar culto a los muertos. Para lo cristianos, los santos no son muertos sino vivos que están junto al Señor.
·         La fiesta de Todos los Santos es una “tapadera” de antiguas fiestas paganas. No está nada claro que en estas fechas se celebraran fiestas paganas.
·         La fiesta de Todos los Santos, no puede ser una fiesta alegre y divertida. ¿Quién celebraría algo triste con dulces y con bailes? En muchos países y regiones existe la tradición de celebrar la fiesta de Todos los Santos con dulces y bailes.

Con toda la “propaganda en contra” es lógico que triunfe la “propaganda a favor del Halloween”. Es cuestión de marketing y de ganas de borrar el cristianismo de la cultura popular.

Otra consideración que no quiero dejar pasar es la apoteosis de feísmo, la maldad y la tristeza que tiene implícita la forma en que se celebra Halloween. Parece que vivimos un carnaval macabro, donde lo bueno se disfraza de malo y viceversa. ¿Quién quiere vestirse de muerto, vampiro o bruja? ¿Quién quiere parecer un zombie? Parece que en este día desaparecen todas las consideraciones estéticas y nos convertimos, de repente, en siniestras sombras oscuras.

Quizás la relación más directa con esta estética la encontremos en las tribus urbanas tipo punk, góticos, emos, etc, que viven un Halloween que dura todo el año. En estas tribus urbanas se esconden personas sin esperanza y tristes por la vida que les toca vivir. Ojo, vida que normalmente no tiene nada de triste, pero que carece de sentido para ellos. Sin duda, no es lo mismo vestirse de drácula una noche, que ir vestido de gótico todo el año, pero vestirse de algo horrible, aunque sea una noche, conlleva un cierto mimetismo y empatía con el personaje que representamos.

Creo que los cristianos deberíamos hacer un esfuerzo por festejar la fiesta de Todos los Santos como se merece. No es lógico que dejemos que nos roben la alegría de una fiesta tan maravillosa. Festejemos Todos los Santos con la alegría que merece.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Vamos a ser claros...Al no poder desarraigar las creencias paganas del corazón de sus feligreses, la Iglesia simplemente las ocultó tras una máscara “cristiana”, como pone de relieve The Encyclopedia of Religion al decir: “La festividad cristiana, el día de Todos los Santos, conmemora a los santos conocidos y desconocidos de la religión cristiana, tal como la fiesta de Samhain reconocía y rendía homenaje a las deidades celtas. Esta fiesta es mucho mas antigua que el cristianismo, así que dejar Halloween tal y como está y vosotros celebrar vuestra copia como queráis.

Miserere mei Domine dijo...

Estimado Anónimo, respeto su visión sobre el tema... pero, los católicos no adoramos a los muertos ni les damos culto. La fiesta de Todos los Santos no tiene nada que ver con el Halloween que se celebra en las calles, pero mucho menos con las festividades paganas que usted nombra. Samhain era la fiesta del año nuevo celta y sólo el último día, /sobre el 12-15 de noviembre/ se celebraba el día de los espíritus. Hay muy buenos estudios que desmitifican el supuesto Halloween como fiesta predecesora de la de Todos los Santos. En todo caso, sería predecesora de la fiesta de los fieles difuntos... que es diferente a la de Todos los Santos. Un saludo cordial

Anónimo dijo...

perdona pero no, ningun estudio invalida la apropiación del católico de esa fecha, a no ser que sea un estudio de la iglesia. No hacer creer a la gente lo que no es cierto, para eso ya está la biblia. De todas formas solo con buscar un poco de información sale a la luz fechas aproximadas, contenido de la fiesta, y postura del catolicismo al no poder erradicarla.

Gabriela dijo...

Para mí no tiene importancia si la Iglesia Católica eligió el 1 de noviembre para celebrar la Solemnidad de Todos los Santos o no. En todo caso si así fue, me parece genial. Dar pasos hacia la verdad, nos va haciendo libres y la verdad es que la muerte solo es una linea que se cruza en un santiamén, nadie se queda muerto más de un instante, porque antes y después de la linea de la muerte, hay vida de los dos lados. Por eso los cristianos siempre estamos de fiesta, con esa alegría que nunca nos abandona, aunque nos toque un día u otro, la tristeza o el dolor.
Y hoy, día de Difuntos, pedimos para que nuestros seres queridos estén gozando de la vida junto a Dios y si alguno está en el Purgatorio, ofrecemos la Eucaristía para que les sean abiertas las puertas del Cielo.
Creo que las Eucaristías de la Solemnidad de ayer, no sé si es que no soy parroquiana, no la celebramos por todo lo alto, como creo que debería ser, porque alude tan directamente a nuestra Patria definitiva, en la Vida Eterna en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Ayer fui a celebrarla a la Iglesia de San Benito, es un bello Templo, ahora de los PP Carmelitas de Valladolid. Los principales santos del Carmelo están presentes en sus capillas, mi alma percibía su presencia real, son ellos, Todos los Santos, compañeros de camino, amigos del Amigo que nunca falla, Nuestro Señor Jesucristo. Me gustaría que la costumbre, la rutina no hubiese entibiado y enfriado nuestras celebraciones. Me gustaría ver nuestros Templos vestidos de fiesta, porque el día de Todos los Santos es un día grande para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Me gustaría ser la primera en correr a adornar con flores nuestros Templos. Le pido a Dios que encienda el fervor en nuestros corazones. Amén.

Miserere mei Domine dijo...

La Iglesia eligió el 1 de Noviembre porque ese día Gregorio III (731-741) consagró una capilla en la Basílica de San Pedro a todos los santos. Se pasó de una fiesta particular por la consagración a una fiesta general.

Tienes razón en que no celebramos por todo lo alto la solemnidad, pero popularmente si existe la tradición de hacer dulces y platos especiales, lo que demuestra que existe esa diferencia con otras solemnidades. Lo ideal sería recobrar el sentido festivo similar a la fiesta de los Reyes Magos. Pero todo andará. Lo primero es saber qué celebramos realmente, después que el Señor nos infunda la alegría que deberíamos tener en ese día. Nuestra fe tiene su fundamento en varias fiestas y una de ellas es esta.

Un abrazo Gabriela :D

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