Ha
terminado el Sínodo extraordinario de la Familia y durante un año podremos
reflexionar sobre las consecuencias de cualquier cambio en la praxis pastoral.
Este año, nos permitirá reflexionar sobre lo que se ha dicho y sobre los que no
se ha dicho en el Sínodo. Sobre lo que se ha hecho y lo que no se ha hecho.
Para empezar la reflexión traigo unas
palabras del cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Mónaco de Baviera, presidente
de los obispos alemanes y miembro del grupo de cardenales consejeros del Papa.
El Cardenal Marx comenta un punto clave que propicia el nuevo enfoque pastoral,
que propone: La exclusión. Ha terminado el Sínodo extraordinario de la Familia y durante un año podremos reflexionar sobre las consecuencias de
cualquier cambio en la praxis pastoral. Este año nos permitirá
reflexionar sobre lo que se ha dicho y sobre los que no se ha dicho en el
Sínodo. Sobre lo que se ha hecho y lo que no se ha hecho.
Para empezar la
reflexión traigo unas palabras del cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Mónaco
de Baviera, presidente de los obispos alemanes y miembro del grupo de
cardenales consejeros del Papa. El Cardenal Marx comenta un punto clave que propicia el nuevo
enfoque pastoral, que propone: La exclusión.
«La
exclusión no es el lenguaje de la Iglesia»; no es posible decir a las personas
que viven en situaciones familiares “irregulares”: «Tú eres un cristiano de
segunda». Aunque el Sínodo no acoja el término de “gradualidad”, porque se
requiere una profundización teológica, lo importante es que «se tomen en serio
las situaciones de las personas, hay que reconocer lo que hay de
evangélicamente bueno en las situaciones, incluso cuando no hay sacramentalidad
en la relación». (Seguir leyendo)
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