El Hermano dijo: Padre mío, enséñame, os lo ruego, de qué manera la oración extirpa los conceptos en el espíritu.
El anciano respondió: Los conceptos son conceptos de objetos. Entre tales objetos algunos se dirigen a los sentidos, otros al espíritu. El espíritu que se demora entre ellos queda enredado en esos conceptos, pero la gracia de la oración une al espíritu a Dios y, mediante esa unión, lo separa de todos los conceptos. El espíritu, así desnudo, se hace familiar y semejante a Dios. Como tal, le pide lo que necesita y tal demanda jamás es frustrada. Por ello el apóstol prescribe "orar sin interrupción" para que uniendo asiduamente nuestro espíritu a Dios, lo liberemos poco a poco de las ataduras con los objetos materiales.
El hermano le dijo: ¿Cómo puede el espíritu "orar sin interrupción" puesto que, salmodiando, leyendo, conversando, consagrándonos a nuestros oficios, lo desviamos hacia numerosos pensamientos y consideraciones?
El anciano respondió: La divina Escritura no ordena nada imposible. El apóstol también salmodiaba, leía, servía y, sin embargo, oraba sin interrupción. La oración ininterrumpida consiste en mantener el espíritu sometido a Dios con una gran reverencia y un gran amor, sostenerlo en la esperanza de Dios; realizar en Dios todas nuestras acciones y vivir en él todo lo que nos sucede. El apóstol, puesto que se encontraba en tal disposición, oraba sin tregua.
San Máximo el Confesor (580-662)
Orar en todo momento y lugar nos lleva a pensar que la vida es en si misma una oración a Dios. Lo complicado es no olvidarse de esta realidad en medio de todas las distracciones y contradicciones cotidianas.
1 comentario:
Si... esa Rendición...ese sometimiento a LA VERDAD, A DIOS... si la intentamos aplicar..practicar -nada es fácil...ni recibir la GRACIA!- en las mas pequeñas circunstancias...en nuestros pensamientos (Mente),al hablar (Palabra)y en nuestras acciones tanto solos o con los demás (Cuerpo) es una buena preparación para ser encontrados por DIOS, para recibir-LE.
Necesitamos de la práctica y aplicarla a nuestra vida...no quedarse sólo con ese rato de siembra... y de irnos observando para ver si vamos bien o no... por decirlo de alguna manera.
Creo en esa actitud básica de la OBSERVACION, de la ATENCIÓN...de la ESCUCHA como ORACION CONTINUA. Mantener eso... entrenarse para eso...hasta que se va instalando como algo nuestro, espontáneo y conectado o sintonizado a LA VERDAD DEL ESPIRITU.
Cuando actúo o hablo...intento observarme...desde dónde hablo ? Si siento la cabeza...es el EGO... el EGO me impulsa, me lleva a reaccionar...pero al darme cuenta me instalo con la atención interna en el Corazón... y cambia la "perspectiva"... aparece otra sencillez y frescor, otra libertad y paz...una humildad balsámica...
La SABIDURIA radica en EL CORAZÓN..en esto coinciden todas las religiones... bajar la mente discursiva y dual a este CENTRO SAGRADO... descubrir ese ESPACIO DIVINO.. en el SILENCIO y la simplicidad... y encontrarle...o no... a ÉL... y asi... una y otra vez...hasta recibir su GRACIA y su LUZ..ser conscientes ASI - o no -DE SU AMOR Y REALIDAD...QUE ALLI ESTAN.
Como ELIAS... ir a la puerta de la cueva... acudir a la puerta de nuestro corazón... hasta ...que ÉL APARECE... sin conceptos, sin imágenes que contar... sólo experiencia no dual...esperarle sin nada esperar.
Cómo definir todo ELLO? SOBRAN YA LAS PALBRAS... allí donde nos lleva EL CAMINO DE LA ORACION Y DEL SILENCIO INTERIOR.
Gacias MISERERE por estar aqui... y permitirme acercarme a ti.
Un abrazo
Carmen
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