sábado, 26 de junio de 2010

La Tradición

Muchas veces hablamos de la Tradición, entendiéndola como una serie de costumbres, sin más sentido que ser repetidas. La entendemos como algo muerto, algo que pervive por la tozudez de unos cuantos apegados a las formas.

Pero la Tradición es algo vivo que nos une con nuestros hermanos de pasado, del futuro y nos hace Iglesia universal. La aparente falta de sentido no es más que ignorancia y desdén por conocer y entender.

Es fácil aceptar lo que el mundo nos indica : nada es eterno, todo cambia y solo puede ser considerado como relativo. Nos han acostumbrado a rechazar que desde el comienzo de los tiempos, el plan de Dios actúa con un sentido definido y evidente. Pero quien busque y le sea dado el don del entendimiento, podrá ver que Dios es Amor y este Amor va más allá de nuestros cómodos y plácidos relativismos.

Os traigo un fragmento de la catequesis de Benedicto XVI: "La Tradición permite la comunión entre los cristianos de todos los tiempos". Espero que os guste:

La Tradición es la comunión de los fieles alrededor de los legítimos pastores en el transcurso de la historia, una comunión que el Espíritu Santo alimenta asegurando el nexo entre la experiencia de la fe apostólica, vivida en la comunidad originaria de los discípulos, y la experiencia actual de Cristo en su Iglesia. En otras palabras, la Tradición es la continuidad orgánica de la Iglesia, Templo santo de Dios Padre, edificado sobre el fundamento del Espíritu: «Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular, Cristo mismo, en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor, en quien también vosotros estáis siendo juntamente edificados, hasta ser morada de Dios en el Espíritu» (Efesios 2,19-22). Gracias a la Tradición, garantizada por el ministerio de los apóstoles y de sus sucesores, el agua de la vida surgida del costado de Cristo y su sangre salvadora llega a las mujeres y a los hombres de todos los tiempos. De este modo, la Tradición es la presencia permanente del Salvador que nos sale al encuentro, nos redime y santifica en el Espíritu a través del ministerio de su Iglesia para gloria del Padre.

Concluyendo y resumiendo, podemos por tanto decir que la Tradición no es la transmisión de cosas o de palabras, una colección de cosas muertas. La Tradición es el río vivo que nos une a los orígenes, el río vivo en el que los orígenes siempre están presentes. El gran río que nos lleva al puerto de la eternidad. En este río vivo se realiza siempre de nuevo la palabra del Señor, que hemos escuchado al inicio de los labios del lector: «He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mateo 28, 20). (Benedicto XVI)

--oOo--

Señor alabado seas por darnos sentido como cristianos por medio de la Tradición. gracias por no dejarnos sin guía ni sentido. Solo tu tienes palabras de vida eterna.
Amén

4 comentarios:

José Antonio Vázquez dijo...

Soy un gran amante de la Tradición, entendida como muy bien dices como una transmisión viva y actual, de unos a otros, no como un culto al pasado muerto, una transmisión que debe actualizarse en todo tiempo y lugar y por ello debe guiarse pior el principio de fidelidad creativa , no por le de conservación arqueológica, la tradición evoluciona permaneciendo lo esencial intacto.
La definición de Benedicto XI me parecemuy pobre, la comunión con los pastores no es la esencia de la tradición, la tradición es un patrimonio de todos los fieles, todos pastores o no se someten ella, por ello, puede haber grupos que no están en comunión con Roma que mantiene la Tradición. es mucho mejor la definición de Vicente de Lerins: "lo que en todas partes, lo que siempre y lo que por todos fue creído. Pues esto es verdadera y propiamente católico como lo enuncia la fuerza y sentido de la palabra, que abarca todo de modo casi universal"
Es una definición muy incluyente, pues eólo es tradición lo que nos es común a todos y no nuestras diferencias por muy legítimas que sean, con esta visión la tradición es lugar de comunión ecuménica y eclesial.

Miserere mei Domine dijo...

Encantado de leerte, José Antonio 

De nuevo, la comprensión determina el sentido de lo que leemos, vemos o tocamos.

¿Quiénes son nuestros legítimos pastores? Tomando la definición que nos da Riccardo Tonelli, se podría decir que los pastores son aquellos (desde el papa al último de los catequistas y fieles comprometidos) que realizan “la acción multiforme de la comunidad eclesial, animada por el Espíritu Santo, para la actuación en el tiempo del proyecto de salvación de Dios para el hombre y para la historia, en referencia a las concretas situaciones de vida”

¿Y cuándo esta acción resulta legítima? El pastor es legítimo cuando su acción está dentro de la Tradición y la Revelación… y lo hace de forma completa. Recalco lo de completa, ya que estar parcialmente de acuerdo con la Tradición y/o Revelación, resulta tan ilegítimo como la contradicción directa de las mismas.

Tradición Apostólica es todo aquello que fundamenta nuestra Fe a partir de la enseñanza de los Apóstoles. De nuevo subrayo todo, ya que la parcialidad es tan ilegítima como la contradicción directa. La Tradición es mucho más que aquello que nos es común, ya que hay personas, grupos y comunidades que niegan determinados aspectos o indicaciones de la Tradición Apostólica.

Por eso la definición de la Iglesia como: Santa y católica y Apostólica, conlleva la triple condición expuesta. Todo lo que no es santo no fundamenta la Iglesia, todo lo que no sea católico no fundamenta la Iglesia y todo lo que no sea Apostólico no fundamenta la Iglesia. Esto lo profesamos todos y cada uno de nosotros en el Credo desde hace 20 siglos, aunque actualmente se recite sin darle mayor importancia.

Ahora, respeto y doy afecto a quienes aceptan parcialmente la Tradición y/o Revelación. No se trata de condenar a nadie. Solo Dios sabe qué determinará nuestra salvación. Pero no por respetar afectuosamente a quienes no tienen este concepto de la Iglesia, debo dejar de proclamar mi Fe con valor y generosidad.

Por eso, estas palabras de Benedicto XVI me resultan tan sensatas y profundas.

Tienes razón en que es necesario actualizar constantemente la trasmisión de la Fe… El Compromiso Cristiano es multiforme y se adecua a cada época y lugar. Del Mensaje Cristiano no podemos poner una coma ni quitar un acento, pero si podemos actualizar el lenguaje con el que se transmite. El Misterio Cristiano no se transmite como actualización contante, sino como fundamento eterno… por lo que su actualización solo puede ser profundización.

De nuevo, respeto afectuosamente otras posturas, pero defiendo mi forma de entender este asunto como coherente, conforme a la Tradición-Revelación y dadora de sentido completo al cristianismo.

Gracias por compartir tus impresiones ;)

Saludos fraternos

Anónimo dijo...

Hola... vuelvo a estar por aqui... en realidad os echaba de manos a todos,,, y especialmente ese compartir.
Seré breve... Pra mi la tradición tiene su importancia y es clave... pero debo reconocer que más de una vez me he encontrado que me faltaba aire, en circunstancias muy tradicionales.

Creo en ella, eso si... pero siempre de la mano de la apertura, de la libertad, de la flexibilidad, de la aceptación de lo universal y común en todos.

Bueno... mis mejores deseos, querido Miserere.... para este finde y para cada nuevo dia.

Y una frase viene ahora a mi..."Comer poco y digerir bien..."
pero no me preguntes por qué.

Mi especial abrazo...

Miserere mei Domine dijo...

Encantado de leerte de nuevo Carmen...

Comparto lo que dices, si partimos de una serie de premisas:

La apertura no puede ser un todo vale... como ya comentamos tiempo atrás. Todo tiene su orden y su ámbito.

La libertad no puede ir nunca en contra del sentido común ni de la Tradición-Revelación. Si no fuese así,... la alegoría de la caída de Lucifer es suficientemente explícita.

La flexibilidad (como en ingeniería sabemos) tiene sus límites elásticos. Una vez traspasados, el material se deforma permanentemente. Es decir cambiamos la naturaleza de lo que tenemos entre manos.

Piensa en un río que discurre por su cauce. Si el agua se sale buscando, lo que podría entenderse como, apertura, libertad, flexibilidad ... ¿Podríamos llamar río a lo que sería realmente una riada?

Un abrazo fraterno en el Señor ;)

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