lunes, 21 de noviembre de 2011

Serenidad de corazón


Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencia, y en silencio ha de ser oída de alma.

Lo que habléis sea de manera que no sea nadie ofendido, y que sea en cosas que no os pueda pesar que los sepan todos.

Callad lo que Dios os diere y acordaos de aquel dicho de la esposa: Mi secreto es para mi.

Procurad conservar el corazón en paz; no le desasosiegue ningún sucedo de este mundo; mirad que todo se ha de acabar.

No apacentéis el espíritu en otra cosa que en Dios. Desechad las advertencias de las cosas y traed paz y recogimiento en el corazón.

Traed sosiego espiritual en advertencia de Dios amorosa; y cuando fuere necesario hablar, sea con el mismo sosiego y paz.

Traed interior desasimiento de todas las cosas y no pongáis el gusto en alguna temporalidad, y recogerá vuestra alma a los bienes que no sabe.

El alma que anda en amor ni cansa ni se cansa.

El amor no consiste en sentir grandes cosas, sino en tener grande desnudez y padecer por el Amado (San Juan de la Cruz, selección de frases)

Tras el empacho electoral que hemos vivido en los últimos días, es muy sano hacer una cura de sosiego, profundidad y sentido. Tantas apariencias, tantos afanes, tantos poderes terrenales nos embaucan en mil proyecciones mentales, que nos arrastran a las esperanzas terrenales. El mundo no puede darnos más que Dios y la realidad nos se transforma más que por la Gracia de Dios.

Nuestro corazón, que es nuestro ser que se manifiesta por medio de emoción, entendimiento y voluntad, debe centrarse en Cristo y no tener cada dimensión en un lugar diferente.

Ciertamente la crisis que vivimos nos invita al cambio, pero no a cambios externos que no son más que apariencias. Nos invita al cambio interior, que es el que realmente conlleva consecuencias ciertas y verdaderas en nuestra vida personal y social.

Quiera Dios darnos la fuerza y la templanza necesarias para no esperar del mundo lo que sólo de Dios puede provenir. Dios nos ayude.

3 comentarios:

Maricruz dijo...

Mucho sosiego traen estas palabras ya que crisis, les hemos venido pasando todos. Gracias, Néstor.

Anónimo dijo...

Buenos días Miserere Mei Domine. Ese cambio interior parece que nos permite seguir esperando en este bello proyecto común que es España.Cristo reina.Un abrazo.

Miserere mei Domine dijo...

Cuantoa serenidad nos hace falta. Dios nos la conceda. Un abrazo en el Señor a ambos :)

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