La fuerza de la oración se encuentra en el
sentimiento del alma y las obras virtuosas de toda nuestra vida. San Pablo
habla: "En resumen, sea que ustedes coman, sea que beban, o cualquier cosa
que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios" (1 Co. 10:31). Entonces
cuando te sientas a la mesa, reza, cuando tomas el pan, agradece al Dador.
Cuando refuerzas tu débil cuerpo con vino, entonces piensa en Aquel, que te
concede estos dones para alegrarte y reforzarte en las debilidades. Y a pesar
de tu poco tiempo para alimento, siempre recuerda al Bienhechor, jamás te
olvides. Cuando te vistes agradece a Aquel que te dio el vestido. Si paso el
día, agradece al Señor que nos dio el Sol para trabajar; y en la noche ala luna
para iluminar. La noche también tiene su motivo de oración. Cuando contemplas
el cielo y admiras su hermosura, entonces ora al Señor de todo el mundo
visible; reza al gran Creador de todo el mundo visible; reza al gran Creador de
todo el mundo…
Y que puede dar mas suerte, sino en la
tierra, imitar los coros de los ángeles! Cuando a cada ocupación precede la
oración, cuando con cantos, como sal condimentamos las ocupaciones, los cantos
hermosos y espirituales dan al alma alegría y esperanzada tranquilidad. Ir a la
madrugada a la oración, con cantos e himnos, alabando al Creador y luego,
cuando el Sol más claramente, volver al trabajo. Los salmos son tranquilidad
para el alma, principio de paz, que tranquiliza los atormentados e inquietos
pensamientos, que no solamente dominan la turbulenta ira, la despertada cólera
espiritual, sino que la conduce a la misericordia. Los salmos fortifican a los
consagrados, reconcilian a los ofendidos, y entre amigos, inducen al amor. (San
Basilio el Grande, El tesoro Espiritual, fragmento)
La oración, junto con el ayuno y la caridad, es parte
sustancial de la Cuaresma en la que ya hemos entrado. ¿Oración? ¿Para qué
tenemos que orar? ¿Se gana algo orando?
Dice San Basilio que oremos siempre y en todo lo que
hacemos. Orar al Señor da alegría, esperanza y tranquilidad. La oración trae
paz a los atormentados y conduce a la misericordia a los iracundos. La oración
fortifica a los consagrados, reconcilia a los ofendidos e induce al amor. Pero qué
tiene la oración para generar tantos bienes.
La oración es una visita que hacemos al Señor y un momento
de conversación intima entre nosotros y Dios. A través de la oración penetramos
en nosotros mismos para ofrecer a Dios nuestras infidelidades y limitaciones.
En este diálogo, se encuentra la oportunidad de darnos cuenta que compartimos
la misma naturaleza con nuestros hermanos, al mismo tiempo que somos imagen de
Dios.
Bueno, y si tantos beneficios trae la oración, ¿Por qué no
estamos orando todos a todas horas? La respuesta es sencilla: no lo impide nuestra
soberbia y la envidia. Soberbia que nos predispone a creer que Dios no es
necesario. Envidia, que nos hace sentir celos y rencor de nuestros hermanos. La
mezcla de soberbia y envidia genera rencor y odio. ¿Quién puede acercarse a
Dios con esos sentimientos? Nadie que no sea consciente de ello y no decida
andar el camino de la conversión.
Y en nuestro vida moderna ¿Dónde y cuando orar? Tendríamos
que pensar en qué momentos tenemos de recogimiento. Los más sencillos serían
los que preceden a acostarnos, pero no despreciemos otros como la sobremesa o
por la mañana temprano. Radio María tiene en programación varios momentos de
oración por la mañana, por lo que es posible unirse a las oraciones que miles
de personas realizan al mismo tiempo.
Antes de acostarnos es un buen momento para revisar lo
hecho durante el día, dar gracias a Dios y hacer propósito de mejora en aquello
que podríamos haber actuado de mejor forma. Otra oportunidad nos lo dan los
lectores de mp3 y móviles que todos tenemos. Estos dispositivos no sólo pueden
contener música, también pueden almacenar audio de oraciones diversas. En
Internet podemos encontrar muchos audios del rosario y otras oraciones
diversas. Si viajamos en metro o en autobús, no es complicado orar mientras
realizamos el trayecto. Si lo hacemos en automóvil, podemos grabar las
oraciones en CD u otro soporte de audio.
Lo que no podemos olvidar es que acercarnos a un tempo y
orar allí de rodillas es también muy recomendable. Buscar un momento adecuado y
un templo cercano puede ser complicado, pero a veces podemos encontrarnos con
que es más fácil de lo que nos parece.
De todas formas, no olvidemos que: " Añadamos a
nuestras oraciones la
limosna y el
ayuno, cual alas de la
piedad con las que puedan
llegar más fácilmente hasta Dios. " (San Agustín, Sermón 206,2).
1 comentario:
Un hermoso blog, felicidades :-)
Te invito al mío, por si te es de ayuda en tu crecimiento espiritual.
http://frasesdedios.blogspot.com.es/
Feliz tiempo de Cuaresma y un abrazo en la luz del Creador.
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