¿Por qué el Santo Padre ha decidido
renunciar al Ministerio Petrino? Creo que sus propias palabras lo dejan claro:
Soy muy consciente de que este
ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente
con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto
a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la
vida de la fe,para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio,
es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor
que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer
mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
No es ningún secreto, que el mundo
actual necesita de un Papa capaz de enfrentarse al proceso de cambio social y
los continuos desafíos que sociedad, ciencia y cultura, nos plantean. Si la
salud del Santo Padre flaquea, su responsabilidad le hace decidir anteponiendo
a la Iglesia. Hay que ser muy valiente
para dar el paso que Benedicto ha dado hoy. Valiente y humilde,
ya que legar el timón de la Iglesia contiene un mensaje maravilloso: Nadie es
imprescindible, ya que la Voluntad de Dios es la fuerza que mueve el mundo.
Confieso que la renuncia del Papa al
Obispado de Roma y al Ministerio Petrino me ha cogido por sorpresa. Con Benedicto XVI me siento especialmente
sintonizado, ya que el pensamiento agustiniano corre por sus venas y esto se
nota en sus homilías, catequesis y escritos varios. Pero no
puedo dejar de agradecer al Señor estos años de sintonía y comunión que he
vivido con el Santo Padre. Esta mañana, una llamada de un amigo sacerdote me
puso en aviso e hizo que comenzara a pensar en lo que esta renuncia conlleva.
Gracias D. Joan.
No es necesario ponerse catastrofista,
ni pensar en que esta renuncia es una tragedia. Gracias a Dios, Su Santidad
podrá dedicarse a su labor de teólogo para beneficio de la Iglesia y podrá
vivir de forma reposada, los años que le tenga reservado el Señor. No puedo más
que alegrarme por la persona, el ser humano, que hay detrás de Su Santidad
Benedicto XVI. Esta renovación del
papado será diferente, ya que no tendremos que compaginar la tristeza por la
muerte del Papa y la alegría por la nueva esperanza que nace de la elección de
nuevo Pontífice. El proceso de elección será mucho menos
emotivo, pero no por ello dejará de ser de una tremenda importancia para todos
nosotros.
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