Las ovejas del Buen Pastor encuentran por
tanto el pasto, pues todos los que le siguen con un corazón humilde, son
alimentados con el pasto de las praderas eternamente verdes. ¿Y cuál es el
pasto de esas ovejas, sino las alegrías interiores de un paraíso eternamente
verde? El pasto de los elegidos, es el rostro de Dios, siempre presente y
cuando lo contemplamos sin interrupción, el alma se sacia sin fin de un
alimento de vida.
¡Despertemos nuestras almas, hermanos míos! Que
nuestra fe, sienta el calor de aquello en lo que creemos, que los bienes de
lo Alto enciendan nuestros deseos. Amar así ya es estar en camino. No dejemos
que ninguna prueba nos desvíe de la felicidad de esta fiesta interior, porque
si deseamos llegar a la meta que nos hemos fijado, ninguna dificultad puede
disuadir ese deseo. No dejemos que nos seduzcan falsas victorias. Sería
estúpido el viajero que deslumbrado por el espectáculo del maravilloso paisaje,
olvide a mitad de camino el destino de su viaje. (San
Gregorio Magno. Homilías sobre el Evangelio, n°14 )
Seguimos en el Año de la Fe y por eso es especialmente
interesante entender qué sentido tiene la Fe en nuestra vida cotidiana.
Seguramente la vida parecer más fácil si somos cristianos durante la misa
dominical y el resto de la semana, nos confundiésemos con los demás habitantes
de nuestro mundo.
El Papa Francisco nos recuerda este cristianismo a tiempo
parcial a través de una de sus homilías de la pasada semana:
Cuando “la Iglesia deja de
ser madre, se convierte en una niñera, que cuida de los niños para hacer que se
duerman. Es una Iglesia en estado latente, así que pensemos en nuestro
bautismo, en la responsabilidad de nuestro bautismo” (Papa Francisco homilía 17/4/2013)
Tiene toda la razón el Santo Padre. La Iglesia “cuida”
pastoralmente de nosotros y en cierta manera nos adormece y calma. Todavía
“padecemos” la época en la que se suponía que la Fe era algo cultural
cosustancial a la sociedad. Ya no es así, pero todavía nos cuesta pensar en que
nuestra Fe debería de manifestarse con un compromiso 356 días / 24 Horas.
Dice San Gregorio Magno “El
pasto de los elegidos, es el rostro de Dios, siempre presente”. No
dice que sea un rostro que asome durante las misas dominicales y se esconda el
resto de la semana. “¡Despertemos nuestras almas,
hermanos míos! Que nuestra fe, sienta el calor de aquello en lo que creemos”
Tal vez estemos demasiado dormidos y acomodados para atrevernos a salir de
nuestra cómoda pasividad.
“A veces pensamos: ‘No, pero
si yo soy cristiano. Fui bautizado, hice la confirmación, la primera
comunión... el carnet de identidad y listo’. Y ahora, a dormir tranquilamente,
eres un cristiano. Pero… ¿Dónde está el poder del Espíritu que te lleva a
caminar? ” (Papa Francisco homilía
17/4/2013)
Sabríamos responder a la pregunta que el Santo Padre se
hace “¿Dónde está el poder del Espíritu que te
lleva a caminar?” No es una pregunta fácil ya que tiene una doble
respuesta:
a) El Espíritu está
dispuesto a entregarnos sus dones, según nuestro carisma y la voluntad del
Señor indiquen. Por lo tanto, el poder del Espíritu nos espera.
b) La segunda parte
depende de nosotros ¿Estamos dispuestos a recibir estos dones? Pensemos en los
Apóstoles y lo que significó para ellos Pentecostés. Perdieron el suelo firme
que creían pisar y se vieron recorriendo el mundo y soportando mil pruebas. Sin
el Espíritu, todo hubiera sido un fracaso. Sin la aceptación de los Apóstoles,
todo hubiera terminado como un bonito cuento.
Nadie duda que vivir los sacramentos sea maravilloso e
imprescindible. Sin los sacramentos, nuestra comunión con Dios y nuestros
hermanos, sería mucho más complicada. Pero no podemos quedarnos parados
olvidando el destino:
“Sería estúpido el viajero
que deslumbrado por el espectáculo del maravilloso paisaje, olvide a mitad de
camino el destino de su viaje.”
Los sacramentos y los dones del Espíritu nos llevarán en
volandas si les dejamos actuar en nosotros. ¿A qué esperamos? Quizás a dejar de
tener miedo a abrir el corazón a Cristo y nuestros hermanos.
¿Qué sentido tiene la Fe en
nuestra vida cotidiana? Amar de una forma especial.
“Amar así ya es estar en camino. No dejemos que ninguna prueba
nos desvíe de la felicidad de esta fiesta interior, porque si deseamos llegar a
la meta que nos hemos fijado, ninguna dificultad puede disuadir ese deseo. No
dejemos que nos seduzcan falsas victorias”
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