El Papa Francisco
ha realizado un fuerte llamado en contra de la “cultura del desperdicio”, del “usa y tira”, del consumo veloz y sin
frenos que lleva a la idolatría del dinero. En ocasión de la Jornada Mundial
del Ambiente, el Papa Francisco aprovechó para lanzar “un fuerte llamado a la necesidad de eliminar los desperdicios y
la destrucción de los alimentos”.
“La cultura del
desperdicio, que tiende a convertirse en mentalidad común que contagia a todos,
pone en peligro, en primer lugar, a la persona humana. Dios, de hecho, dio al
hombre la tarea de cultivar y custodia la creación, pero los hombres olvidan
demasiado a menudo esta tarea, distraídos porque persiguen obsesivamente el
dinero. Y lo hacen hasta el punto de no sentir a la persona ni a la vida humanas
como valor primario que hay que respetar y tutelar, sobre todo si es pobre o
discapacitada, si todavía no sirve, como el que está por nacer, o si no sirve
más, como el anciano”
La pregunta que se nos viene a la
cabeza es ¿Por qué somos tan reacios a buscar el bien común, que es bien para
nosotros mismo y los que nos rodean. Parecería que el consumo desmedido no
tiene incidencia en nuestro entorno humano y ambiental, pero esto es una
mentira tremenda. Una mentira que se esconde detrás del marketing que nos
acucia a comprar para sentirnos vivos. Comprar para llenar el vacío de sentido
que cargamos en nuestro interior. Comprar para llenar el vacío que el
egoismo crea en nosotros.
¿Por qué tanta ceguera al bien común? San Agustín nos ayuda indicando un
elemento muy interesante...
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