jueves, 14 de marzo de 2013

Unidos a Su Santidad Francisco


El Espíritu Santo sabe lo que la Iglesia necesita, aunque para nosotros sean un misterio sus razones. Esta misma tarde ha dejado a todos los profetas con la boca abierta sin saber qué decir. Incluso a los más valientes se les pasó incluir la candidatura de Mons. Jorge Berglogio como “papable”. Pues lo que nadie se esperaba es lo que tenemos y no podemos dejar de meditar sobre lo que el Espíritu Santo nos está diciendo. 

Después de un Papa mediático y activo, como Juan Pablo II, el Espíritu nos envió a un Papa profundo y sabio, como Benedicto XVI. Ahora nos envía un Papa sencillo, cercano a los pobres y espontáneo. No podemos dudar de lo que significa que Su Santidad haya tomado como nombre, el nombre del Poverello de Assisi: Francisco. Un nombre que habla de cercanía, sencillez, compromiso fraterno y capacidad misionera. 

Sería sencillo terminar aquí esta reflexión, ya que esto es lo que el Espíritu nos señala en este momento y es lo que tenemos que hacer nuestro, pero hay más elementos sobre los que reflexionar. 

Quizás nos parezca que la labor del Papa se simplifica cuando se parte de un perfil personal y pastoral tan claro, pero no es así. Los Papas de la era de las comunicaciones y de la sociedad postmoderna se enfrentan a muchos desafíos. Algunos de ellos de gran complejidad, como pueden ser el ecumenismo y la reintegración a la unidad de la Iglesia de diferentes grupos alejados. También es complejo el objetivo de la nueva evangelización, ya que es necesario cambiar el entendimiento y la voluntad de todos los católicos. Aparte, tenemos la necesaria reestructuración de la curia, problema que los cardenales han señalado como uno de los más prioritarios. 

Viajes, conferencias, encuentros diplomáticos y la gestión interna del estado del Vaticano, no se pueden dejar como trabajos secundarios, ya que conllevan un esfuerzo colosal. Todo esto tiene que llevarlo adelante el nuevo Papa sin descuidar el cuidado pastoral de todo el orbe católico y su diócesis romana. 
Quizás comprendamos la razón que ha llevado a Su Santidad Francisco a solicitar que oremos por él desde el primer momento. Es importante orar por él y por la Iglesia, ya que el momento eclesial requiere un plus de unidad y de compromiso personal. No pensemos que el Papa va a hacerlo todo por si solo. Nos necesita orando y actuando en donde sea necesario. Nos necesita cercanos a él sin crear fisuras ni engendrar dudas. 

Esto es complicado de entender para quienes siguen a los líderes sociales o políticos de turno, ya que su compromiso siempre es temporal y condicionado a que los intereses de cada uno se vean atendidos. 

El compromiso de todos y cada uno de los católicos es trabajar en unidad con el Papa para bien de todos. Oremos por el Papa y por la Iglesia. ¡Viva el Papa Francisco!

1 comentario:

Anónimo dijo...

SU REFLEXIÓN ES MUY ACERTADA, Y ES LA VERDAD, NO DEJEMOS SOLO A NUESTRO PAPA FRANCISCO, Y BENDITO DIOS QUE YA NOS ELIGIO A NUESTRO PASTOR, QUE CON NUESTRA ORACIÓN PIDAMOS LE GUIE, LO ILUMINE, LO FORTALEZCA, CUIDE Y BENDIGA. "VIVA EL PAPA FRANCISCO"
INES AVENDAÑO A.

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