miércoles, 9 de enero de 2019

Imagen y semejanza. Cumplimos 10 años.


Tal como hoy, nueve de enero del año 2009, nació este blog con una entrada que intentaba explicar en nombre elegido para el blog: Misterio Cristiano. En último párrafo de esta entrada hay una pregunta sin contestar de forma directa. De hecho, el blog intenta responder a esta pregunta desde muchos puntos de vista.
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Uniéndome a la propuesta formulada por Jean Borella, creo interesante utilizar la denominación Misterio Cristiano, aunque soy consciente de que esta denominación también tiene sus problemas. Denominar a algo “misterio” parece implicar que es algo estático a la vez que disuade de abordarlo. Si aceptamos que este Misterio es accesible, tendríamos que clarificar el aparente contrasentido de seguir llamando misterio a algo que se puede conocer en parte. No podemos dejar de afirmar que conocerlo completamente es imposible ¿Qué sentido tiene ir en su búsqueda si no es posible conocerlo completamente?
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En estos diez años me he encontrado con muchas personas que no llegan a entender qué sentido tiene buscar algo que no puede ser completamente "encontrado". Las matemáticas evidencian que existe una clara línea que nos impide ir más allá de los límites que tiene nuestra naturaleza. Desde Fra. Luca Paccioli (s. XV) hasta  Kurt Gödel (s. XX) nos hablan de la imposibilidad del ser humano para aprehender completamente lo infinito, lo trascendente o absoluto. Tomemos las Sagradas Escrituras y localicemos tres pasajes muy interesantes del Génesis:
Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo".Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. (Gn 1, 26-27)
El ser humano ha sido creado a imagen y semejanza. Imagen que no es igualdad y semejanza que no es equivalencia. Quien ha estudiado geometría sabe que dos triángulos pueden ser semejantes y al mismo tiempo totalmente diferentes. Quien ha observado un retrato pintado, sabe que lo que ve en la pintura es únicamente la imagen de una persona, pero que este retrato no es la persona. A través del ser humano, de nosotros mismos, podemos llegar a ver y entender el Misterio Cristiano, pero no podemos ir más allá de lo que Dios ha dejado impreso en nosotros.
Respondió la mujer a la serpiente: «Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte.» Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.» (Gn 3, 2-5)
Aquí la serpiente indica algo que muy interesante. Quien come del árbol que está en medio del Paraíso, se la abrirán los ojos, serán como dioses y sabrán distinguir el bien del mal. Quien se atreve a ir más allá de la línea que Dios ha trazado, encontrará muchas respuestas, pero estas respuestas no le traerán bien alguno. Sólo le llevarán a la confusión y el alejamiento del Sentido de su propia vida. Sentido que es Cristo, el Logos. Quien se atreva a ignorar la Ley de Dios, le pasará lo mismo que a quien ignora la ley de la gravedad: terminará muerto o herido. Si nos ofrecen ir "ir más allá" de la línea, hay un engaño escondido. Esto es lo que Jean Borella señala al hablar de quienes intentan sobrepasar la línea con esfuerzos y voluntad humana.
Y dijo Yahveh Dios: «¡He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre.» Y le echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había sido tomado. Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida.(Gn 3, 22-24)
El árbol de la vida eterna está reservado. No es para todo ser humano, sino para quienes dejan que su naturaleza sea transformada por la Gracia de Dios. No puede ser conquistado por el entendimiento, la emotividad o la voluntad humana. Por eso Dios marca claramente la línea que no debemos traspasar y al mismo tiempo, nos señala a Cristo como Camino, Verdad y Vida. Ya no podemos hablar directamente con Dios. El pecado, que es la resistencia a la Voluntad de Dios, nos impide ir directamente la Fuente de la que brota Agua Viva. Por esto son necesarios signos, sacramentos, símbolos que sirvan de intermediarios entre la Voz de Dios (Cristo) y nosotros.

Volvamos a la pregunta que realicé hace 10 años: Misterio Cristiano ¿Qué sentido tiene ir en su búsqueda si no es posible conocerlo completamente?

No existe respuesta completa que pueda ser expresada con lenguas humanas. No existe conocimiento que pueda ser entendido por mente humana. No existe acción o emoción, que puedan realizarse o sentirse, que nos acerquen a una respuesta completa. Cualquier intento de ir "más allá" acaba en desastre, separación, enemistades, mal. ¿Qué podemos decir entonces? Podemos decir que sólo podemos poner nuestro entendimiento, emoción y voluntad ante Dios con humilde docilidad. Entonces y si Dios lo desea, la Gracia nos transformará. Cristo nos dijo con voz humana que sólo Él es sentido de todos y todo. Quien quiera salvar la vida, debe perderla. La perla valiosa debe ser comprada con todo lo que tenemos. El tesoro escondido se consigue comprando el terreno donde está enterrado. No podemos quedarnos en su¡imples invitados al Banquete de Bodas, debemos ir vestidos convenientemente. Sólo quien nace del Agua y del Espíritu, podrá comprender el Camino que nos señala Cristo. Cristo que nos dice que debemos negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguir sus pasos. Resumo todo en una palabra despreciada dentro y fuera de la Iglesia: santidad.

Gracias por leer este humilde blog durante tantos años. Quiera el Señor darme fuerza, inspiración y voluntad, para seguir compartiendo con ustedes mi camino personal.







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