martes, 18 de junio de 2019

El Sagrado Corazón de Jesús. Brujula para navegar en tiempos de tormenta.


Cada mes de junio nos reencontramos con el Sagrado Corazón de Jesús. Hoy en día estamos tan llenos de efemérides, días especiales y fiestas diversas, que es complicado pararnos a reflexionar sobre todo lo que el Sagrado Corazón de Cristo nos ofrece. Tengo que confesar que antes, hace algunas décadas, me parecía una de muchas devociones de tiempos de mis abuelos. De joven es complicado acercarse a una devoción sin sentir repulsa de la apariencia emotivista que el romanticismo dio a la mayoría de las devociones. Gracias a Dios tuve la gracia de encontrar un libro que trataba del Sagrado Corazón de Jesús de manera diferente. Su autor Jean Hanni, fue católico tradicional francés, filósofo y profesor de civilización y literatura griegas en la Universidad de Amiens. Fue uno de las personas que más investigó y profundizó en la mística cognitiva que posee nuestra fe. Jean Hani nos indica que al hablar de corazón tenemos que superar le visión romántica que lo reduce y encasilla. Al hablar del Sagrado Corazón de Jesús,...

...habría que referirse al menos al sentido que esta palabra tiene en el contexto bíblico, pues es el que rige el sentido que hay que darle en el contexto bíblico, pues es el que rige el sentido que hay que darle en el contexto cristiano. Para los hebreos, el corazón es el centro de toda la vida del hombre en todos los planos; es el centro metafísico del hombre, que integra todas sus facultades: razón, intuición y voluntad, pero es ante todo y en primerísimo lugar el órgano de la inteligencia pura, intuitiva, y el sentimiento y la afectividad sólo tienen que ver con él secundariamente, con el mismo título que las demás facultades. Esta es la concepción que heredaron los Padres de la Iglesia, especialmente los Padres orientales. Añadamos enseguida que esta concepción no es exclusiva de la tradición judeocristiana, sino que por el contrario es común a todas las tradiciones regulares, por la simplísima razón de que se trata de una verdad de origen ontológico y metafísico. (Jean Hani - Mitos, Ritos y Símbolos)

El Sagrado Corazón de Jesús es una devoción mucho más antigua de lo que se suele creer. Se conocen referencias en los primeros Padres de la Iglesia y representaciones que nos llevan hasta el medievo. Ahora, es a través de Santa Margarita María de Alacoque (1671) cuando la Iglesia se hace consciente de la trascendencia simbólica que contiene el Corazón de Cristo. Aunque Santa Margarita María recibe una serie de revelaciones privadas de Cristo a partir  del 27 de diciembre de 1673, tenemos que esperar hasta finales del siglo XIX, principios del siglo XX, para que la devoción llegue a su mayor apogeo. La época de apogeo coincide con el romanticismo y el auge de los nacionalismos, lo que hizo que el entendimiento de esta devoción se centrara en aspectos emotivistas y que además, se mezclara con aspiraciones autodefinitoras de muchos pueblos. Tras el auge romántico-nacionalista vino una fuerte caída. El modernismo y posterior el cientifismo, olvidaron y menos preciaronal Sagrado Corazón. Otro autor francés, François Chenique, comenta este problema de forma muy clara:

La decadencia se ha producido sobre todo en el siglo XIX cuando la devoción se ha vuelto demasiado sentimental, demasiado dolorista con pretensiones sociales exageradas. Una tímida reacción se dibujó en Francia en los años que siguieron a la Primera guerra mundial, pero fue de corta duración; hablaremos de eso en razón de su importancia doctrinal: será la tercera parte de esta exposición. Antes, hay que volver a trazar brevemente la historia de la devoción al Sagrado Corazón e intentar responder a algunas cuestiones difíciles. (François Chenique - Sagesse chrétienne et mystique orientale

El resultado de la caída fue el rechazo, desafecto y hasta desprecio hacia todo lo que tiene que ver con la devoción. Podríamos decir que el maligno ha sabido hacer su trabajo de forma muy eficiente. Jean Hani nos indica que:

Las causas de este desafecto actual son evidentes; fueron muy bien analizadas en una encuesta realizada en la década de los 50 [del siglo XX] pero cuyos resultados siguen siendo válidos todavía. De ella se desprendía que lo que aleja de esta devoción es el estrecho pietismo y el sentimentalismo en el que pronto se sumió y cuyo origen debe buscarse en un desconocimiento de la mística de tipo afectivo de los santos que han tenido revelaciones al respecto; mística que en realidad ocultaba una doctrina y una experiencia de orden totalmente teologal e intelectual en el verdadero sentido de la palabra. La deformación de esta mística y su «estereotipado», por decirlo así, originó manifestaciones devocionales privadas, de naturaleza totalmente superficial, libros piadosos que se aplicaban ante todo, o únicamente, a aspectos secundarios del culto en cuestión, además de una confusión fundamental que hacía que no se viese en el «corazón» otra cosa que un símbolo afectivo; y por último, y tal vez sobre todo, originó toda aquella masa de cantos amanerados, dulzarrones o ñoños, aquella proliferación de imágenes y estatuas pintarrajeadas del peor gusto, y la representación del Corazón divino en la forma extremadamente realista de víscera sanguinolenta, cosa que únicamente podía provocar repulsión y desacreditar indirectamente a un culto que naturalmente no tiene nada que ver con ese pietismo repulsivo. 

Es importante por lo tanto, rechazar estos errores y desterrar todo ese batiburrillo pseudomístico para descubrir la verdad profunda de esa devoción, que no apunta a otra cosa que a hacernos penetrar en la esencia misma de la espiritualidad cristiana. (Jean Hani - Mitos, Ritos y Símbolos)

Entonces, ¿Qué hemos olvidado del Sagrado Corazón de Jesús? Hemos olvidado muchas aspectos que darían nuevas fuerzas a esta maravillosa devoción. Primeramente deberíamos redimensionar los aspectos emotivistas y culturales que se han superpuesto a lo esencial. Esto es no es nada fácil. Todavía hay pequeños grupos que utilizan la devoción para sostener sus aspiraciones socio-culturales y se sienten atacados cuando se intenta recobrar el verdadero sentido del Sagrado Corazón de Jesús. ¿Dónde encontrar este sentido? Tenemos fuentes provenientes de cuatro periodos diferentes:
  • Fuentes previas. Como ya hemos nombrado, tanto los Evangelios como los Primeros Padres de la Iglesia nos señalan claramente los cimientos de la devoción.
  • Fuentes medievales. Estas fuentes son básicamente iconográficas, pero no por ello dejan de ser reveladores e importantes. Dice el refrán que una imagen vale más que mil palabras.
  • Santa Margarita María Alacoque, que escribe y describe las revelaciones de forma muy interesante. De igual forma, están los escritos de San Juan de Eudes y todo el movimiento nacido en el entorno de Paray le Monial.
  • Fuentes posteriores, de las que es necesario hacer una aproximación crítica para dejar a un lado el emocionalismo y el nacionalismo adheridos.
¿Es posible hacer un resumen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús? Sí es posible y podemos dar gracias a Jean Hani, entre otros autores, la mayoría franceses. Los puntos esenciales de la devoción serían los siguientes:
  1. El culto al Sagrado Corazón proviene de lo más profundo del cristianismo. 
  2. Su objetivo es enderezar y renovar toda la tradición cristiana. 
  3. El Sagrado Corazón representa a Cristo en su totalidad: «Templo santo de Dios», «Tabernáculo del Altísimo», «Casa de Dios y Puerta del Cielo», «Hoguera ardiente de caridad», «Santuario de la Justicia y del Amor», «Rey y Centro de todos los corazones», «Corazón donde reside la Plenitud de la Divinidad», «Fuente de vida y de santidad», «Corazón cuya plenitud se derrama sobre nosotros», «Corazón en el que se encuentran todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia». (letanías del Sagrado Corazón de Jesús)
  4. En 1981, el Decreto de la Congregación de los Ritos proclamaba que la Fiesta del Sagrado Corazón, que este mismo decreto instituía, no era una novedad, sino «la síntesis de todas las fiestas en las que se celebran diferentes misterios de nuestra salvación». Es una recapitulación y, podría decirse, una condensación de todo el Misterio Cristiano.
  5. El Sagrado Corazón se propone al cristiano como una de las vías espirituales más elevadas, simples y directas: la contemplación asidua del Corazón irradiante, Sol espiritual, hace que el contemplativo se vaya volviendo poco a poco apto para recibir la revelación de la Luz trascendente que arranca del salmista este grito asombroso: «En Tu luz vemos la Luz» (Sal. 35, 10). 
El sentido del Corazón de Jesús cobra todo su esplendor cuando  pensamos en que hemos sido llamados a unirnos a Él de forma sacramental, sagrada, trascendente. El sentido unitivo que nos propone el Señor conlleva una profunda conversión. Conversión que no es más que llegar a ser símbolos vivos de Cristo y por lo tanto, encarnar en nuestro corazón, el Sagrado Corazón de Jesús. Por eso es tan importante el Sagrado Corazón de Jesús. Es el mapa que nos ayuda a andar el camino de la santidad, que nos lleva a Cristo.

viernes, 14 de junio de 2019

La Salette. Días de oscuridad y de esperanza.



Recordemos que la aparición la Stma. Virgen en La Salette es aceptada por la Iglesia. Se apareció a dos niños el 19 de Septiembre de 1846, les comunicó un secreto. Fue publicado con Imprimatur del Obispo de Lecce. En 1922 fue dado a conocer en su totalidad por el Vaticano.

“Dios va a castigar al mundo de una manera jamás vista… Nadie podrá escapar. … Las Iglesias serán cerradas y profanadas; los sacerdotes y religiosas serán perseguidos… Los libros malos abundarán. (…) Muchos sacerdotes se alejarán de la fe verdadera, y hasta obispos. El demonio tendrá sus iglesias que le darán culto. Reinará el materialismo, el ateismo y toda clase de vicios. … Parecerá que Dios se haya olvidado de la humanidad. Todo parecerá perdido. … Entonces Jesucristo, en un acto de su justicia y su gran misericordia para los buenos, dará orden a sus ángeles que todos los enemigos sean exterminados. Caerá fuego del cielo. El sol se obscurecerá.” (…) Los perseguidores de la Iglesia, las personas dadas al pecado, perecerán y la tierra parecerá un desierto”…)

Posiblemente esta profecía suene muy actual y no cabe duda que se cumple de forma especialmente evidente según pasan los años. Viendo esto, lo fácil es agarrarnos a la profecía para que nuestra esperanza esté centrada en el final de mundo. Pero el final del mundo nadie sabe cuando ocurrierá. No lo digo yo, sino Cristo mismo:

 "Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre" (Mateo 24:36)

La clave de las profecías está en entender que la Voluntad de Dios no es que la Iglesia permanezca sumida en el caos. El caos sirve para limpiar la Iglesia y como todo acto de limpieza, el sufrimiento afecta a todo y a todos. La suciedad se disuelve y desaparece cuando se refriega con fuerza. No debemos de desesperar aunque Cristo parezca dormido e indiferente a nosotros. Cristo despertará y hará que la tormenta amaine. ¿Cuándo? Cuando Dios estime que la suciedad ha desaparecido.

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