En estos días de cuaresma, camino hacia la Pascua… es interesante recordar este pasaje del Evangelio de San Juan:
Señor, dijo Tomás, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino? Jesús dijo entonces: Yo soy el camino, la verdad y la vida: nadie puede ir al Padre, si no es por mí. Si supierais quién soy yo, sabríais también quién es mi Padre, al que desde ahora conocéis y habéis visto. (Jn 14,5-7)
Al hilo de este pasaje… Hace unos días escuchando el estupendo programa sobre el Compendio del Catecismo, realizado por el P. José Miguel Marqués (Radio María), me encontré con un concepto que me llamó poderosamente la atención: la unción interior.
¿Qué es la unción interior? Simplemente huella indeleble que deja el Espíritu Santo en todo aquel que busca y obtiene la Fe en Dios. Esta unción se realiza con un Óleo que solo puede ser el mismo Espíritu Santo actuando en nuestro interior.
Buscando información sobre el tema, dí con un párrafo de Clemente de Alejandría, en el que se reproducen unas palabras de Cristo que no han llegado hasta nosotros por medio de los Evangelios:
“A vosotros, desde antiguo imágenes, pero no siempre semejantes, os quiero conformar con el arquetipo, de manera que os hagáis también semejantes a mi. Os ungiré con el óleo de la Fe, por medio del cual arrojaréis la corrupción.” (Protéptico XII, Clemente de Alejandría)
En este párrafo, Cristo claramente aparece como el Logos (palabra, sentido y razón de todo) por el que somos ungidos de forma especial. Cristo, como camino hacia Dios, nos ofrece la unción que nos permite arrojar fuera de nosotros la corrupción… es decir, la muerte.
Cristo, a través de Clemente, parece decirnos que el pecado original rompió la semejanza perfecta de entre la naturaleza divina y la humana. Además deja clara su misión de reestablecer la semejanza que se rompió y que corrompió nuestra naturaleza. Cristo desea hacernos semejantes a El y para ello nos unge con el Óleo de la Fe. La Fe aparece como don que Dios da a todo el que la busca con honestidad ... y que además marca de forma indeleble una vez recibida.
Podríamos pensar en que la plenitud de las unciones del bautismo y de la conformación se encuentra en esta unción interior… que es la que realmente nos permite cambiar nuestra naturaleza dañada.
¿Qué es la unción interior? Simplemente huella indeleble que deja el Espíritu Santo en todo aquel que busca y obtiene la Fe en Dios. Esta unción se realiza con un Óleo que solo puede ser el mismo Espíritu Santo actuando en nuestro interior.
Buscando información sobre el tema, dí con un párrafo de Clemente de Alejandría, en el que se reproducen unas palabras de Cristo que no han llegado hasta nosotros por medio de los Evangelios:
“A vosotros, desde antiguo imágenes, pero no siempre semejantes, os quiero conformar con el arquetipo, de manera que os hagáis también semejantes a mi. Os ungiré con el óleo de la Fe, por medio del cual arrojaréis la corrupción.” (Protéptico XII, Clemente de Alejandría)
En este párrafo, Cristo claramente aparece como el Logos (palabra, sentido y razón de todo) por el que somos ungidos de forma especial. Cristo, como camino hacia Dios, nos ofrece la unción que nos permite arrojar fuera de nosotros la corrupción… es decir, la muerte.
Cristo, a través de Clemente, parece decirnos que el pecado original rompió la semejanza perfecta de entre la naturaleza divina y la humana. Además deja clara su misión de reestablecer la semejanza que se rompió y que corrompió nuestra naturaleza. Cristo desea hacernos semejantes a El y para ello nos unge con el Óleo de la Fe. La Fe aparece como don que Dios da a todo el que la busca con honestidad ... y que además marca de forma indeleble una vez recibida.
Podríamos pensar en que la plenitud de las unciones del bautismo y de la conformación se encuentra en esta unción interior… que es la que realmente nos permite cambiar nuestra naturaleza dañada.
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Señor ayúdanos a entender que eres Camino, Verdad y Vida. Permítenos dar el gran paso de andar en Ti hacia la Verdad, para obtener la verdadera Vida. Aquella Vida que sobrepasa el inmenso don de vida humana.
Señor ayúdanos a entender que eres Camino, Verdad y Vida. Permítenos dar el gran paso de andar en Ti hacia la Verdad, para obtener la verdadera Vida. Aquella Vida que sobrepasa el inmenso don de vida humana.
Amén
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He pensado interesante dejar algunas referencias bibliográficas accesibles desde internet:
3.- Sobre la unción en general, tenemos este breve artículo proveniente de la página Kerigmachile : AQUÍ. Al final aparece tratada la unción interior.