sábado, 20 de noviembre de 2010

No desesperes... Dios no nos deja de su mano.

Hoy comparto con ustedes una experiencia digna de contarse, pero que es triste que no sea lo habitual. El asunto parte de mi deseo de buscar algún hueco para asistir a misa entre semana. Hay semanas que lo consigo y otras en que solo puedo asistir a la misa dominical en mi parroquia.

Entre semana no tengo una misa fija ni una iglesia determinada. Según puedo, busco la mejor opción para el hueco que dispongo. Cuando mi trabajo me retiene hasta tarde, como hoy ha ocurrido, suelo ir a una misa en una parroquia que está a 100m del edificio donde trabajo. Esta parroquia solo tiene una misa y en invierno es a las 7:30 de la tarde-noche. Hace unos días supe que había venido un nuevo párroco y me dispuse para asistir por primera vez a una misa celebrada por él.

La primera sorpresa no fue muy positiva. La misa, que normalmente congrega a menos de 20 personas, hoy estaba abarrotada por celebrarse una misa de difuntos. Los bancos estaban llenos y esperé al fondo del templo a ver si había algún sitio libre donde sentarme. Estaba a unos 5-6 metros de confesionario y unos minutos antes de iniciarse la celebración, cual fue mi sorpresa cuando vi salir a un penitente y tras de él, al párroco que había estado confesando. Esto no lo veía hace años.¡Vaya!… confesando antes de misa… ¡que bien! Lo apunto.

Mientras me alegraba del hallazgo, vi que en un extremo de la última fila de bancos, una persona se iba y al no acercarse nadie, decidí sentarme allí. La vista del altar era complicada, pero mirando entre las cabezas… asombro… veo un crucifijo encima, velas en disposición simétrica y libro de Liturgia bien colocado. ¡Diantres! Mientras me maravillaba del altar, veo salir al nuevo párroco y… asombro de nuevo… sale de la sacristía con las vestiduras completas y encima con el color correspondiente a una misa de difunto.

Aunque había muchas personas y gran parte de ellas no eran capaces de mantener el silencio y respeto, me admiré de como este sacerdote celebraba la misa sin saltarse nada. Sin abreviar nada. Sin inventar nada. Colocando las posturas de las manos correctamente. Entonando adecuadamente. Dando sentido a todo lo que hacía con las pausas adecuadas. No me lo podía creer.

Llegó en momento de la comunión y me acerqué en una cola bastante cerrada. Cual fue mi asombro cuando, tras comulgar las personas que iban delante y retirarse, veo que estaba dispuesto un pequeño reclinatorio para que quien lo deseara pudiera recibir la comunión de rodillas… y no lo estaba a un lado, sino delante del sacerdote, como invitando a utilizarlo. No me caí de milagro.

Tras la misa y con el tumulto de pésames, gente desfilando, no era el momento,... pero el lunes tengo que dar con el párroco para darle las gracias.

No se si me creerán, pero hace más de 30 años que no asisto a una misa así. Desde que era adolescente e iba la misa de 8 pm los sábados, en la capilla del obispado. Me gustaba esa misa por la manera en se celebraba y porque, extrañamente, todavía se rezaba el Padre Nuestro en latín y tras la misa se cantaba la Salve, también en latín. Mientras mis compañeros de clase disfrutaban de las “misas de juventud” ahí estaba yo buscando algo más que tumulto y risas.

Créanme… Dios es grande y no nos deja de su mano. Tendré que buscar la manera de ajustarme el horario para asistir a esta misa. Merece la pena.

-oOo-

Señor loado y alabado seas.
Nos das más de lo que merecemos
y lo haces con todo tu amor.
Gracias Señor
Amén

8 comentarios:

Maricruz dijo...

Cielo santo! El Señor te ha regalado con un párroco así, Miserere; sin duda ha estado grandioso contigo.
Cuánto me alegro, no sabes cuánto!
Te sabré comulgando de rodillas y regocijándote con cada detalle.
Bendito sea Dios!

Anónimo dijo...

Es verdad, no hay que desesperar porque Dios siempre nos lleva de Su mano.

Quisiera saber si el sacerdote era joven, porque son los jóvenes quienes más dispuestos están a la Liturgia más clásica. Y es de mucho agradecer.

Saludos

Miserere mei Domine dijo...

Gracias Totús :), Lo que me coge un poco fuera de mano es la hora de la misa... pero a ver qué puedo hacer que no descomponga demasiado las obligaciones familiares. Un abrazo :)

Miserere mei Domine dijo...

Pues si mjbo, es un sacerdote joven, que creo que no pase de los 25 años. Esta debe ser su primera parroquia y hay que apoyarlo. Seguro que se encuentra con más de un malentendido.

Gracias :)

Alonso Gracián dijo...

Miserere, si supiera dónde es esa Misa iría sin dudarlo.

Un abrazo

Miserere mei Domine dijo...

Te contesto por privado Alonso...
Un abrazo en Cristo

El Estudiante dijo...

Oh, gracias

Un abrazo

Anónimo dijo...

Gracias

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