domingo, 14 de junio de 2015

¿Qué es el Sagrado Corazón de Jesús hoy en día?


El pasado viernes 12 celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. Es una fecha de importancia que suele pasar sin pena ni gloria dentro de los tiempos litúrgicos. Para mi generación, hablar del Sagrado Corazón es hablar de una lejana devoción de nuestros abuelos. Tengo que confesar que lo que recogí del culto al Sagrado Corazón, de pequeño y joven, fue un barullo devocional sin pies ni cabeza. De joven me preguntaba qué razón hay para celebrar una parte de Cristo si ya celebramos su resurrección todos los domingos. Como es lógico, nunca recibí contestación alguna a mis dudas por parte de mi entorno eclesial y familiar.  Pero, con el tiempo encontré una lectura que me hizo reconsiderar mi opinión y mi desinformación sobre el tema. Aquí les traigo algunos fragmentos:

La historia del culto al Sagrado Corazón presenta un desarrollo de lo más paradójico. Por una parte, es una devoción que hunde sus raíces en el origen mismo de la dogmática cristiana, que gozó de la estima de numerosos santos, que fue objeto de una extraordinaria intervención celestial en Paray-le-Monial en el siglo XVII, y que siempre ha sido autentificada y favorecida por el magisterio supremo de la Iglesia; pero, en contrapartida, parece haberle estado reservado un extraño destino que la condenaba a cierta incomprensión por parte del pueblo cristiano y, en la actualidad, a decir verdad, a un verdadero desafecto.

Las causas de este desafecto actual son evidentes; fueron muy bien analizadas en una encuesta realizada en la década de los 50 pero cuyos resultados siguen siendo válidos todavía. De ella se desprendía que lo que aleja de esta devoción es el estrecho pietismo y el sentimentalismo en el que pronto se sumió y cuyo origen debe buscarse en un desconocimiento de la mística de tipo afectivo de los santos que han tenido revelaciones al respecto; mística que en realidad ocultaba una doctrina y una experiencia de orden totalmente teologal e intelectual en el verdadero sentido de la palabra. La deformación de esta mística y su «estereotipado», por decirlo así, originó manifestaciones devocionales privadas, de naturaleza totalmente superficial, libros piadosos que se aplicaban ante todo, o únicamente, a aspectos secundarios del culto en cuestión, además de una confusión fundamental que hacía que no se viese en el «corazón» otra cosa que un símbolo afectivo; y por último, y tal vez sobre todo, originó toda aquella masa de cantos amanerados, dulzarrones o ñoños, aquella proliferación de imágenes y estatuas pintarrajeadas del peor gusto, y la representación del Corazón Divino en la forma extremadamente realista de víscera sanguinolenta, cosa que únicamente podía provocar repulsión y desacreditar indirectamente a un culto que naturalmente no tiene nada que ver con ese pietismo repulsivo.(Jean Hanni, Mitos, Ritos y Símbolos, Vías Espirituales, Culto al Sagrado Corazón)

Hoy en día la Liturgia se ha convertido en una escusa para que la comunidad cristiana y la familia cercana, se reúna en ocasiones especiales: bodas, bautizos, comuniones, funerales, etc. En el mejor caso, nos esforzamos por reunirnos semanalmente poniendo de escusa que tenemos que “ir a misa” como obligación. Pocas personas ven en los sacramentos algo más que excusas para verse y celebrar la comunidad, por encima de todo. (seguir leyendo...)

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