lunes, 13 de agosto de 2018

“Creí; por esto hablé” (Salmo 115, 1) ¿Por qué atreverse a iniciar un blog?


Hace unos años, la respuesta a esta pregunta era muy obvia. Tener un blog era en sí mismo una evidencia de éxito personal. Tener algo que comunicar, era algo muy importante, ya que había muchas personas ansiosas de leer nuestras opiniones y conocimientos, sobre multitud de temas. Quien publicaba una bitácora, era alguien interesante por definición. El ciberespacio se convirtió en lo que se llamó la Blogosfera. Es decir, un espacio de comunicación basado en blogs de una inmensa diversidad de tipos y estéticas.

Actualmente, a mitad del año 2018, los blogs son algo del pasado. Tener un blog parece que no es más que un entretenimiento o una herramienta de “venta” personal. Si pensamos en blog de una temática tan poco “vendible” con en el que estoy escribiendo ahora, continuar con él resulta incomprensible. Difícilmente hay personas que dejen un comentario, aunque exista un flujo de visualizaciones constante. En todo caso, el lector ya no tiene necesidad de comunicar con el autor y el mismo autor, tampoco suele estar muy predispuesto a contestar los comentarios. Personalmente, intento comentar y agradecer todos los comentarios que me hacen llegar. Cada uno de los comentarios es como una nota que llega a nuestras manos, tras navegar en una botella, desde lugares recónditos y lejanos. Porque los seres humanos cada vez estamos más lejos los unos de los otros. Cada vez desconfiamos más de los demás. Cada vez nos sentimos más autosuficientes y autónomos. Entonces ¿Por qué escribir un blog? Al menos para mí, hay dos razones:

  1. - Para expresar lo que sé, siento y hago, ordenando todo ello en forma de relato coherente.
  2. - Para comunicar con otras personas que tienen las mismas o similares, inquietudes.


Mi fe y el entendimiento de la misma, me lleva a comunicar. Comunicar aquello que me parece relevante e importante para mi vida. Comunicar aquello que no encuentro por ningún rincón de internet, la sociedad y la Iglesia Católica. Comunicar es dar testimonio de lo que cada uno de nosotros lleva en su interior. No es algo secundario o accesorio. Cristo mismo nos llamó a llevar el Evangelio a todo el que quisiera escucharlo.

En una sociedad y una Iglesia, enfermas de postmodernidad, hablar de trascendencia es como beber agua fresca en medio del desierto. En una sociedad y una Iglesia, que dan más importancia a los simulacros que a la Verdad, hablar del Logos es acercar el sentido y esperanza a quienes tanto la necesitan. Es cierto que cada vez somos menos los interesados por lo sustancial y estamos más separados unos de otros. El diablo sabe que separados no podemos ofrecer la misma resistencia a su maquinaciones y por eso trama constantemente para crear burbujas de realidades alternativas que nos separen.

La única solución que se nos ofrece es aislarnos y vivir la fe de forma íntima y personal. Pero la fe es totalizadora y debería impregnar toda nuestra existencia. Esto nos lleva, de nuevo, a la necesidad de comunicar y establecer comunidades que resistan los planes del maligno. Necesitamos más que nunca, la fraternidad que sólo el Espíritu Santo puede ofrecernos: la hermandad del Paráclito. La hermandad del Divino Paráclito, que se asienta en lo sustancial y la verdadera amistad. Amistad que no busca provecho a través de los demás, sino compartir los talentos con los que Dios nos ha obsequiado a cada uno de nosotros. ¿Qué tendríamos que hacer? 

  1. - Luchar para que el maligno no nos separe
  2. - Orar a Espíritu Santo, para que nos ayude a estar más unidos que nunca
  3. - Vivir la sacralidad como una necesidad personal y comunitaria.
  4. - Comunicarnos y aceptarnos con verdadero amor.

Si hacemos todo esto, podremos esperar a que la Gracia de Dios encienda nuestros corazones y haga que nuestros esfuerzos humanos, tenga fruto sobrenatural.  Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles (Salmo 127) Oremos para que Él nos muestre el camino y sea su Gracia la que nos mueva. 


2 comentarios:

Arantza Rementería dijo...

Buenos días y muchísimas gracias por el blog, que leo siempre con interés dado los temas y el enfoque.
Me he dado cuenta al hilo de lo que escribe que, quizás, nunca haya hecho un comentario debido a que lo leo en el correo personal, donde me aparece como entrada. Ahí no hay posibilidad de comentar nada, hay que entrar en la página misma del blog para ello. Puede ser una de las razones de la falta de comentarios, aventuro, y la solución, en cualquier caso, pasaría por no enviar todo el texto sino únicamente una porción del mismo. Así, el que se sienta atraído por la temática concreta, irá a completar su lectura y le será más fácil corresponder a la delicadeza del autor con un comentario siquiera de agradecimiento.
En cualquier caso y aprovechando esta oportunidad, coincido en la vanalización imperante dentro de la Iglesia y en la obsesión por temas poco edificantes y más de cariz sociológico en un porcentaje altísimo. Gracias, en parte, a blogs como éste que, tristemente, en su mayoría se publican en otros idiomas, podemos tener al menos vislumbres de lo que constituye nuestra herencia y poder superar la venta de productos light en las que llevamos años.
Agradecer también el rigor y amenidad de las entradas del blog que siempre resultan iluminadores y que hacen de cuestiones teológicas textos asequibles para los lectores.
Un abrazo y muchísimas gracias. Es un placer ponerme en comunicación con Vd.
Atentamente,
Arantza Rementería.

Miserere mei Domine dijo...

Muchas gracias por su comentario Arantza. Tiene razón en que enviar todo el texto por rss conlleva que sea menos sencillo entrar en el blog y comentar. Por desgracia, google es quien define el contenido del rss. Desconozco si es posible cambiar el feed que se envía a quienes están suscritos. Lo investigaré por si acaso hay posibilidad de ajustar la longitud del texto.

También le agradezco sus palabras de ánimo, ya que son necesarias de vez en cuando para recargar las pilas y seguir adelante.

Que el Señor le bendiga. Gracias de nuevo.

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