jueves, 23 de agosto de 2018

Los Misterios nos hablan del camino hacia Dios



San Ambrosio de Milán tiene una breve obra llamada "Los Misterios". Es un resumen de las catequesis mistagógicas que se recogen una obra más extensa, llamada "Los Sacramentos". Hoy en día nos parece innecesario andar con "misterios", ya que nos parece que lo conocemos todo. ¿Qué son los Misterios? Podríamos decir que son la profundidad de la Revelación de Dios. Una profundidad que pasa desapercibida para la mayoría de los católicos. Leamos lo que San Ambrosio nos dice:

1. Cada día hemos tenido una instrucción moral cuando se hizo lectura de los hechos de los Patriarcas o de las máximas de los Proverbios, a fin de que instruidos y educados con ellos os acostumbréis a entrar en las vías de nuestros antepasados, a seguir su camino y a obedecer los oráculos divinos, y, así, renovados por el bautismo, viváis como corresponde a los que han sido purificados.

2. Ahora el tiempo nos invita a hablar acerca de los Misterios y a daros la explicación misma de los sacramentos. Si hubiésemos pensado insinuároslo antes del bautismo, cuando aún no estabais iniciados, se hubiera considerado esto como traición de nuestra parte, más que como tradición. Además, la Luz de los Misterios penetra mejor en aquellos que no se lo esperan, que si se lo hiciera preceder de alguna disertación.

3. Abrid, pues, los oídos, y aspirad el buen olor de la vida eterna que os ha sido derramado mediante el don de los sacramentos. Es lo que os hicimos notar cuando dijimos, al celebrar el misterio de la “apertura”: “¡Effeta!, es decir, ábrete" , para que todos los que iban a venir a la gracia supieran lo que se les preguntaría y se acordaran de lo que debían responder.

4. Cristo celebró este Misterio en el Evangelio -como leemos- cuando curó al sordomudo. Pero El tocó la boca porque curaba no sólo a uno que era mudo, sino también a uno que era varón: por una parte, porque quería abrirle la boca para el sonido de la voz que en ella infundía, y, por la otra, porque este tacto que convenía a un varón, no hubiera sido conveniente hacerlo a una mujer  (Los Misterios. I, 1-4)

¿Por qué los Misterios? Porque Dios desea soplar sobre nuestros oídos y tocar nuestra lengua. De esa forma, entenderemos lo que nos Revela y sabremos señalar a otros el mismo camino que estamos andando nosotros. Desgraciadamente, hoy en día entendemos la fe de forma únicamente emotiva y vivencial. Nos han hecho creer que en los primeros tiempos todo era emoción y nada era entendimiento. Por eso la Liturgia actual se ha convertido en algo que casi nadie llega a entender. Por eso la fe ya no es algo sólido y sustancial. Hoy cada cual cree lo que le gusta o siente y lo que es peor, nadie se atreve a buscar los verdaderos fundamentos de lo que creemos, esperamos y realizamos.

¿Para qué los Misterios? Para que la Gracia de Dios nos permita abrir el corazón a Cristo y nos sentemos a escuchar al Logos.

Pd. Gracias a Arantza por su amable y reconfortante comentario. Que Dios le bendiga.

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