Quieren más bien temer los milagros de la mano de Dios, que creer en El. Y prosigue: "Y penetrados de temor", etc. Si hubieran creído, no hubiesen temido, sino que hubiesen amado; porque el amor perfecto expele al temor. La curación de este paralítico no es vana ni oscura, porque procedió la oración del Señor; pues no oró por necesidad, sino para dar ejemplo. (Catena Aurea. Lc 5, 17-26)
Reflexión: Quien ama a Dios, no teme la mano que tiende para ofrecer misericordia. Quien cree realmente en Dios, no espera de Él venganza alguna. Quien se acerca a Dios con humildad y confianza, encuentra la Luz que le guía por el sendero de la santidad. Quien acoge la Luz en su corazón, se convierte en símbolo de Cristo entre los seres humanos.
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Reflection: Whoever loves God does not fear the hand that he tends to offer mercy. Who beliefs in God does not expect revenge from Him. Whoever approaches God with humility and trust, finds the Light that guides him on the path of holiness. Whoever welcomes the Light in his heart becomes a symbol of Christ among human beings.
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